Sierra Menera (Peracense y Rodenas)

Teruel existe por supuesto, y nos sigue sorprendiendo con la belleza de sus paisajes. Ruta en las tierras del Jiloca con un colorido muy rojo, como es la piedra del rodeno. Ruta fácil sin excesivo desnivel, para todo el que está acostumbrado a hacer montaña.

Ruta muy variada en la comarca del Jiloca, en la que uniremos dos pueblos que resaltan por su arquitectura de rodeno: Peracense y Ródenas, dos municipios pertenecientes a diferentes comarcas, aunque ambas en las estribaciones de Sierra Menera. Entre medio subiremos a uno de los gigantes de la orografía turolense, el Cerro San Gines, veremos multitud de formaciones de rodeno y conglomerado, cruzaremos grandes extensiones de cereal y pasaremos junto al espectacular Castillo de Peracense, fortaleza de rodeno que vale mucho la pena visitar.

La tuta comienza en el pueblo de Peracense. Hay que seguir la ruta hacia el castillo, hay un cartel indicador de direcciones. Se debe coger la ruta hacia la derecha, hacia el Cerro de San Ginés. No hay pérdida

Hay que seguir el camino de tierra ancho que empieza a subir hacia San Ginés, en un momento dado se ve a lo alto a la derecha al otro lado del valle el castillo de Peracense, muy bonito, pero se debe girar hacia la izquierda para coger ya el sendero estrecho entre pinos que sube al cerro San Ginés. Una senda muy maja y agradable sobre todo cuanto más se sube. Casi llegando arriba del todo los grandes macizos de piedra conglomerado que hay en la zona y las vistas son espectaculares.

En el cerro de San Ginés se encuentran unas antenas de telecomunicaciones, que se aprovechan de ser el punto más alto de los alrededores, un mirador, el vértice geodésico, una ermita dedicada a San Ginés.una ermita, los restos de un antiguo torreón que permitía avisar al castillo de Peracense en caso de peligro y un vértice geodésico, gozando desde este punto de una impresionante vista de la contornada.


Una vez arriba del todo, se puede dar un paseo para ir hasta al punto geodésico que hay y dese allí dsifrutar de las vistas. Se ve abajo el pueblo de Peracense y todo el valle del Jiloca entero, Palomera, etc... Y desde un risco de piedra bastante atractivo, se puede ver el pueblo de Rodenas (y también el cortafuegos por el que se desciende).


La bajada se hace donde habíamos subido, pero tan solo unos 20 metros, porque enseguida hay que ese sendero para seguir recto y bajar por el cortauegos, no hay senda definitiva hasta una pista que hay más abajo. Lo recorremos entero cuesta abajo para llegar a un camino ancho de tierra buscando el sendero que lleva hacia lo profundo del valle. 


Caminando un poco enseguida se ven las singulares formas de rodeno de Peña Grande, avanzaremos entre campos de cultivo y el camino de Almohaja hasta Rodenas.


El pueblo de Rodenas debe su nombre al pino Rodeno y a una piedra arenisca del triásico llamada "rodeno". El rodeno rojo es una piedra arenisca compuesta por fragmentos que se acumulan poco a poco muy compactados por el paso del tiempo y la presión. 


Las casas de la localidad están construidas y bellamente restauradas con esta piedra. Pasamos por la iglesia de Santa Catalina y la casa del Olmo entre sus bonitas construcciones en piedra de rodeno. Tras esta visita nos acercamos al bar de la localidad donde reponemos fuerzas para atacar la última parte de la ruta.


Dejamos el pueblo saliendo a la derecha por un callejón pasado el cual aparece una especie de senda marcada con mojones que nos conduce hasta el Mirador del Castillo y al Castillo roquero situado en el vértice occidental que formaban los Reinos de Castilla y Aragón con los Reinos de Taifas de Albarracín por lo que fue motivo de disputas que lo llevaron a la ruina, goza de un entorno salpicado de formaciones de rodeno.


Salimos hacia la derecha por un paso que nos lleva al mirador del castillo en Rodenas, esta senda no está muy definida, hay algunos mojones para señalizar. En la parte superior las formaciones son espectaculares. 


Avanzamos y tendremos dos cruces a la derecha en la zona del Collado del Morrón y después iremos a la izquierda viendo el bosque de robles del barranco de la Canaleja, más hacia delante nos desviamos a la derecha un par de veces, luego a la izquierda en dos ocasiones volviendo a ver bonitos conjuntos de rodeno para en breve poder contemplar el Castillo de Peracense.


El castillo es muy bonito, aprovecha perfectamente la topografía natural del terreno, enclavado en lo más alto de un risco de roca de rodeno (arenisca roja, que contrasta de manera espectacular con el verde de la hierba que puebla los espacios abiertos del patio y del exterior del castillo).


El castillo consta de tres recintos amurallados con características constructivas distintas, tiene una larga historia entre sus muros de la que destaca la importancia estratégica que alcanzó en la Baja Edad Media por su posición limítrofe entre los Reinos de Castilla y Aragón y de los señoríos de Albarracín, Molina de Aragón y la Comunidad de Daroca.


Desde el castillo nos dirigimos ya de vuelta a Peracense pasando por unos yacimientos de antiguos poblados medievales, dando por finalizada esta más que recomendable ruta.