Entrevista laboral

El club de las mujeres muertas

Las Tesis "Un violador en tu camino"

Una canción creada por el colectivo Las Tesis. La performance y presentación de esta canción tuvo lugar en Valparaíso en noviembre de 2019, durante una manifestación contra las violaciones a los derechos de la mujer en el marco de las protestas de Chile del pasado año. La letra denuncia la violencia contra las mujeres en todas sus expresiones, la falta de leyes que castiguen estos delitos. 

LA LEYENDA DE SANTA OROSIA

Cuenta la leyenda que Orosia, una joven princesa de Bohemia transitaba por estas tierras acompaña-da de su séquito para casarse con un noble visigodo. En el trayecto fueron sorprendidos por Abel Lupo, caudillo musulmán que se enamoró de la joven. Como ésta no quería renunciar a su fe, fue decapitada y descuartizada y se abandonó su cuerpo por estos montes para que lo devoraran la fieras. Fueron unos ángeles los que recogieron a la santa y la escondieron en un cueva. Pasado bastante tiempo un ángel se le apareció a un pastor que le indicó donde estaban los restos de la santa y le encomendó la misión de llevar al cabeza a Yebra de Basa y el cuerpo a la catedral de Jaca, lugares en los que sería venerada. Poco después de encontrada fue declarada Santa y comenzó a hacer milagros.

Uno de sus poderes era el sacar el diablo del cuerpo de los endemoniado, de hecho hay constancia escrita de la práctica de exorcismos. Hasta aquí acudían endemoniados del norte de España y del Sur de Francia en busca de ayuda y remedio, tanto a esta zona, como a la Catedral de Jaca. El ritual que se llevaba entonces a cabo, y que era precedido por una procesión durante la cual se conducía a los endemoniados hasta la catedral, consistía en atarles cintas de colores a los dedos y dejarlos juntos durante toda la noche y a oscuras en la capilla de Santa Orosia. A la mañana siguiente salían medio muertos después de aquella experiencia colectiva. Entonces, los familiares procedían a contar las cintas que se les habían desprendido de los dedos. Y cada cinta suelta era, un diablo que había abandonado su cuerpo.

Hoy en día se realizan romerías donde a la Santa se le dedican una serie de danzas ancestrales, acompañadas de música tradicional interpretada con instrumentos típicos de la zona, como el chiflo y el salterio. Los danzantes, ataviados con traje de calzón, gorro de flores y provistos de palos de boj, bailan durante toda la romería mientras acompañan a la urna de la santa, en lo que constituye una de las tradiciones folclóricas más antiguas y bonitas que se mantienen en territorio aragonés.

Las ermitas de Yebra de Basa


Naturaleza, patrimonio, cultura, leyendas, folklore, culto … todos estos ingredientes es lo que nos vamos a encontrar en la caminata que os propongo hoy. Una excursión espectacular para descubrir unos de los parajes más singulares y desconocidos del Prepirineo oscense. La excursión destaca por la serie de ermitas que recorren toda la ruta y entre las que sobresalen las dos ermitas encajonadas en las paredes de piedra y el impresionante salto de agua, conocido como el Chorro, que lleva las aguas del Barranco de Santa Orosia. Un lugar donde toma fuerza la leyenda de la princesa de Bohemia llamada Orosia, que se dice que fue martirizada en este lugar. Se habla incluso de que por estas tierras estuvo escondido el Santo Grial. Como todas las salidas hasta hoy propuestas se puede hacer de varias maneras diferentes, al gusto de cada cual. Sugiero una ruta que sale de Yebra de Basa hasta el Santuario de Santa Orosia y que vuelve al lugar de partida pasando por los pueblos de Isún de Basa y San Román de Basa. Y si el tiempo y las fuerzas nos lo permiten podemos alargar la excursión ascendiendo al pico Oturia, uno de los mejores miradores del Pirineo Aragonés.


Iniciamos la ruta en el atractivo pueblo de Yebra de Basa, a la salida del pueblo encontramos una bifurcación del camino donde nos vamos a encontrar con la primera de las ermitas (Ermita de L'Angusto o de las Cruces). Nos desviamos por la izquierda y bajamos para cruzar el Barranco de Santa Orosia por un puente de madera y seguidamente empezamos un fuerte ascenso por una senda acondicionada con unas escaleras de madera. Enseguida llegamos a la segunda ermita (Ermita de Escoronillas).


El camino va elevándose. Pasaremos junto a la tercera ermita (Ermita de As Arrodillas). Se encuentra  situada sobre una gran roca con dos huecos y cortes transversales, con grabados que podemos interpretar como de origen precristiano, aunque la tradición los asocia a las marcas que dejaron las rodillas de Santa Orosia cuando fue martirizada por el infiel. A los pocos metros de pasar esta última, atravesamos de nuevo el barranco de Santa Orosia, por una pasarela de madera. Andaremos por una zona con abundante vegetación, preciosa. Poco a poco se van descubriendo las paredes de conglomerado del monte Oturia, mostrando la presencia de las cuevas y la cascada que pronto encontraremos en el trayecto, y que fueron el refugio de los numerosos eremitas que aquí vivieron. Es la zona más espectacular de todo el recorrido.


Pronto alcanzamos las Ermitas de la Cueva y San Cornelio, ambas cerradas y sobre las que cae una abundante cortina de agua, proveniente de la Cascada del Chorro. La ermita de San Cornelio está dedicado al hermano de Santa Orosia que también fue martirizado con ella, y en la cueva es donde se encontró el cuerpo de la Santa. Siguiendo el camino encontramos dos ermitas más, menos cuidadas, que corresponden a San Blas, ermitaño que pasó su vida viviendo en una cueva y Santa Bárbara, martirizada en parecidas circunstancias a Santa Orosia. En estas paredes que protegen la ermitas se despeña la cascada del Chorro, una fina cortina de agua que se cae por estas rocas. La imagen del agua cayendo frente a nosotros y las vistas panorámicas que se ven desde aquí son un auténtico disfrute para nuestros sentidos.


Tras disfrutar del entorno, continuamos caminando por una amplia faja y al final de ésta, cerca de la cruz, llegamos a la última de las ermitas, la de la Cruz d'o Zoque. El lugar donde los pueblos de los valles de Basa y Sobrepuerto se reunían el día de Santa Orosia, para rendir honores a la santa y realizar sus rogativas. Continuamos por amplio camino en una explanada y en poco tiempo alcanzamos el Santuario de Santa Orosia, en el que hay adjunto un pequeño refugio y una fuente. Un buen sitio para reponer fuerzas y descansar. Si nos apetece, desde aquí podemos ascender en poco tiempo al monte Oturia uno de los mejores miradores del Pirineo. Como anécdota decir que nunca he subido porque las dos veces que he estado aquí había nieve y a la vez se nos ha echado la niebla… y esta combinación nieve y niebla no es muy recomendable.


Para el regreso buscamos la pequeña elevación de la Punta del Mallo, a la que llegamos tras un suave ascenso; hay unas antenas de comunicación, no tiene pérdida. Después continuamos rodeando una zona de cortados, con unas vistas espectaculares al valle, hasta que encontramos el mojón que marca el sendero de descenso hacia Isún de Basa. Tras un giro a la izquierda, comenzamos a bajar por una larga faja, con excelentes vistas, hasta que nos adentramos en un extenso pinar. Cuando salimos de este, enlazamos con una amplia pista, y en unos minutos llegamos a Isún de Basa. Desde allí caminamos por asfalto durante poco más de un kilómetro hasta la cercana población de San Román de Basa. Aún nos queda por recorrer una zona de sube y baja hasta que llegamos al cruce del barranco de Santa Orosia y desde allí a la localidad de Yebra de Basa.


Resumiendo, una excursión muy recomendable para todo el mundo donde vamos a disfrutar mucho y no solamente con el ejercicio físico sino también de su historia, leyendas y paisaje en un paseo apto para todos. Se puede hacer en cualquier época del año pero si queremos disfrutar del salto del Chorro recomiendo la primavera que es cuando más agua hay. 

ODS 5: Igualdad de género

Lograr la igualdad entre los géneros y empoderar a todas las mujeres y las niñas. Mujeres y niñas sufren sistemáticamente discriminación y desigualdad en todo el mundo. Una de cada 3 mujeres ha sufrido algún tipo de violencia. En el ámbito doméstico las mujeres dedican 3 veces más de tiempo a las tareas del hogar. En el laboral las mujeres chocan con la brecha salarial y los techos de cristal en el institucional, ocupan menos de 1/3 de los puestos. 37000 niñas al día se ven obligadas a contraer matrimonio. 

La Agenda 2030 recoge las cuestiones de igualdad de manera transversal porque la desigualdad se da en todas las facetas de la vida. La Agenda 2030 incide en la eliminación de todas las formas de violencia machista, incluidas la trata, la explotación sexual, el matrimonio infantil y la mutilación genital femenina, los cuidados y el trabajo doméstico no remunerado, promoviendo la corresponsabilidad, el acceso universal a la salud sexual y reproductiva, la igualdad de derechos a los recursos económicos, a la propiedad, al control de la tierra y otros tipos de bienes, a los servicios financieros, la herencia y los recursos naturales, la participación plena y efectiva en todos los niveles decisorios en la vida política, económica y pública, políticas y leyes que promuevan el empoderamiento de las niñas y las mujeres a todos los niveles. La igualdad de género es un derecho humano fundamental indispensable para la sostenibilidad del planeta. Somos la mitad de la población y tenemos que contar como tal. 

La cueva de la Mora de Lechago

Cuentan los más viejos del lugar que hace ya bastantes años tuvo lugar un suceso extraordinario que asombró a los lechaguinos. Estaba un pastor apacentando sus ovejas y cabras por el paraje del Reajo, uno de los barrancos que desembocan en la Rambla de Cuencabuena y que por su peculiar orografía constituye una zona especialmente rica en cuevas, y también fuentes de apreciadas aguas. Una de sus cabras se separó del grupo y se metió, ladera arriba, por la zona rocosa y salpicada de arbustos que encubren las numerosas aberturas que se suceden a los pies de La Moratilla, una pequeña muela situada a su vez bajo la impresionante llanura rocosa que culmina el valle, denominada La Muela Alta. El animal desapareció al entrar en una pequeña cueva del escarpado, de tan difícil acceso que el pastor desistió de seguirla. Éste, esperó en vano su vuelta durante varias horas, y como fuera que se estaba haciendo ya de noche, decidió regresar al pueblo y continuar su búsqueda al día siguiente, pensando, sin duda, que por el mismo sitio por donde habla entrado tendría que salir. Pero fue en vano, pues la cabra no apareció ese día ni los siguientes, así que el resignado pastor dio por perdido el animal. 

Estaba pues, al cabo de unos días, por la zona del barranco de Valhondo, situado al otro lado de, la mencionada Moratilla, cuando de forma inesperada vio aparecer a su cabra, que ante el asombro de su dueño, se presentó ante él cubierta de sedas y riquísimas joyas. Estas riquezas serían sin duda, según la sabiduría popular, producto de algún tesoro escondido por algún rey moro, que temeroso de perder su fortuna ante el avance cristiano decidió ponerlo a buen recaudo en un lugar tan infranqueable como la cueva en la que de forma fortuita se introdujo la aventurera cabra. Y aquí se termina la leyenda pues nadie logró encontrar el resto del tesoro, ni siquiera podemos demostrar que lo relatado es cieno, pero sin embargo. la cueva en cuestión, desde entonces se llama de "la Mora" (eso al menos es lo que dicen los más viejos del lugar...). 

Circular por Cuencabuena

Cuencabuena hace honor a su nombre. Fundada en el siglo XII tras la conquista cristiana, se le asignó un topónimo que fuera atractivo para los nuevos pobladores, destacando las bondades del lugar. Nueve siglos después, las capacidades de Cuencabuena siguen siendo prácticamente las mismas: un barranco modesto pero permanente, unas fuentes de excelentes aguas, unos huertos cortos pero bien regados y una vasta extensión de monte bajo dominado por un rebollar ancestral.

Inciamos nuestra particular andada a la salida del pueblo en el cruce de entrada. Los primeros pasos discurren entre unos árboles de singular morfología, son los chopos cabeceros. Son árboles trasmochos, de los que se tienen noticias documentales desde al menos el siglo XIV a través de las cartas de concesión de dehesas en medios fluviales por parte de Jaime II. Estas arboledas forman parte de riberas modificadas por el ser humano, que logró vincularlas al sistema agrícola, como sustento auxiliar del ganado, articulación de vías pecuarias, extracción de vigas y travesaños para levantamiento de edificios, utilización como combustible natural y aprovechamiento de excedentes para su eventual comercialización.

Seguimos por el barranco de Cuencabuena y antes de dejar el pueblo tomamos un cruce a la derecha que nos guiará por tierras de cultivo características de color rojo por la presencia de tierras arcillosas. Toda la excursión se hace por pistas agrícolas. Hay varios cruces de caminos por lo que hay que prestar atención. La ruta no está marcada por lo que es necesario ir provistos de un GPS o en su defecto un móvil donde llevemos la ruta programada para no perdernos.


Siguiendo esta ruta llegaremos al al Rebollar con un sotobosque donde aparecen especies como el espino albar, madreselvas como la Lonicera etrusca, el espantazorras, nombre vulgar que tienen su origen en el ruido que producen los frutos al entrechocar cuando las ramas son movidas por el viento... El Rebollar está en muy buen estado en comparación con la degradación de la vegetación alrededor como consecuencia de de la presencia de los cultivos de cereal. 


Siguiendo el camino llegaremos a un pueblo llamando Valverde. Como en muchos otros pueblos de la zona, aquí encontrarás algo singular, no es nada espectacular a primera vista, ni te pueden indicar el punto exacto donde encontrarlo, pero a poco que pasees por aquí, incluso sin salir del casco urbano enseguida lo disfrutarás, es el silencio, la soledad, la naturaleza, en definitiva sentirte en el campo. Puedes ver la Iglesia Parroquial de la Ascensión de Nuestra Señora, la casa grande, los peirones y observar la arquitectura popular en la que se aprecia sensiblemente el paso del tiempo y la ausencia de sus gentes.


Seguimos nuestro camino y bajamos hasta el Barranco de la Sancha, que cruzamos sin problemas y ascendemos dejando el barranco bajo nuestro pies. Tomamos una pista bien trazada que se llama el Camino de Lechago e iniciamos el regreso hacia Cuencabuena. Podremos observar y disfrutar de otros buenos ejemplares de chopos cabeceros.


Y asía pasito a pasito y en un ambiente muy tranquilo y fresco llegaremos a una planicie denominada "El Plano" y que como casi toda la ruta está dominada por tierras de cultivo. A la izquierda veremos un barranco que nos llevaría a la carretea que conduce a nuestro destino. Pero tomamos unos cruces a la derecha que nos conduce a una especie de Muela. Unos cerros que en su parte mal alta es llana, por eso se le llama muela. Aquí nos encontramos con algunas construcciones típicas destinadas al ganado, las parideras.


Pequeña ascensión a lo más alto para podes disfrutar de una excelente vista panorámica de la zona y proseguimos nuestro camino. Muy recomendable salirse de la pista y subir a este lugar.


Descendemos hasta el fondo del final de un barranco. Podemos seguir adelante hasta la carretera y barranco de Cuencabuena que nos llevaría a nuestro inicio de la ruta pero recomiendo coger una senda que no hace remontar el barranco de San Martín y enseguida girar hacia la izquierda que nos llevará a la pista en la que hemos iniciado esta ruta y de allí regreso a Cuencabuena. Con lo que daremos por finalizada la excursión.


En definitiva, 16 kms. que conforman una excursión circular por unos parajes interesantes y tranquilos y que no tiene apenas dificultad. Mejor hacer esta ruta en invierno y cuando el terreno no esté mojado, ya que el barro se pega a la zapatilla y es muy incómodo.