Bendita calamidad (Miguel Mena)

Novela de Miguel Mena ambientada en tierras del Moncayo.

Alba Editorial - Bendita calamidad

Dos hermanos con graves apuros económicos secuestran por error al obispo de una pequeña ciudad. Su huida por el Moncayo y las montañas de los alrededores se convertirá en una aventura en la que tendrán que luchar con un rehén respondón y con su propia torpeza como delincuentes. Una periodista, convencida de que éste es el caso de su vida, complicará un poco más las cosas. Una novela de humor, de ritmo trepidante, en la que se citan el misterio y la diversión junto a una galería de personajes tan cómicos como entrañables.

La película

'Bendita calamidad', la comedia autóctona dirigida por el ganador de un Goya Gaiza Urresti y en cuyo rodaje le sorprendió la muerte al que iba a ser uno de sus protagonistas, Álex Angulo, llega a las salas aragonesas como eslabón previo a su estreno a nivel nacional. La cinta, basada en la novela homónima de Miguel Mena, narra la historia de los hermanos Fayos, interpretados por los actores locales Jorge Asín y Nacho Rubio, que, en apuros económicos, deciden secuestrar a un empresario de Tarazona (Zaragoza) pero acaban raptando a su obispo, el papel que comenzó a rodar Angulo hasta que falleció en pleno rodaje y en el que le sustituyó Luis Varela, en una aventura que les va de mal en peor.


Urresti, que además de director es también guionista y productor de la película, ha expresado en rueda de prensa que el objetivo de 'Bendita calamidad' es que el espectador "salga del cine más feliz". Se trata, ha insistido, de una película "muy coral" a la que se unen, además de los "quijotescos" hermanos Fayos y el obispo de Tarazona, los actores Enrique Villén, Carlos Sobera, Carmen Barrantes, Juan Muñoz o Gorka Aguinagalde.

TéCanela

Ariadna Rubio y Jano Fernández se conocieron en 2011 en el Colegio Mayor Santa Isabel de Zaragoza. Ella venía de Tarazona a estudiar Diseño Industrial y había estudiado flauta travesera en el conservatorio, él desde Santander para cursar Veterinaria y «aporreaba la guitarra». Comenzaron a tocar juntos como divertimento y por petición de sus amigos. Siete años después todavía no pueden creerse hasta donde han llegado. Bajo el nombre de TéCanela, este dúo rumbero ha tocado en el metro de Barcelona, ha recorrido Sudamérica sobreviviendo solo con su música, ha sacado adelante una campaña de crowdfunding, y han grabado un disco.

Leyendas del Moncayo

Todas las montañas están rodeadas de misterio, pero en Zaragoza, la que más leyendas acumula es sin duda el Moncayo. Es la Montaña mágica de Aragón. Poblada desde la  prehistoria, sus bosques guardan leyendas de moras y corzas encantadas... Esta espectacular sierra ha sido considerada desde la antigüedad como lugar sagrado. Celtas, íberos, romanos, visigodos, templarios, hispano-musulmanes, judíos, cistercienses y ahora, muchos turistas, la elevaron a la categoría de plataforma ideal para rogar a sus divinidades. Un altar cósmico donde también los poetas, literatos y místicos encontraron una fuente de inspiración. Según Gustavo Adolfo Bécquer, que asentó sus males en Veruela, escribió que cuando la montaña se cubre de nieve, no solo bajan los rebaños por su falda, y antaño también los lobos, sino otros huéspedes mucho más temibles. 

La leyenda de los tres hermanos

El encanto de un molino frente al Moncayo. Una finca en el Campo ...

¿Cómo se formó el Moncayo? Cuenta la leyenda que el jefe de una tribu prerromana, dueño de un enorme territorio que abarcaba lo que hoy son las provincias de Zaragoza, Soria y Guadalajara, enviudó y tuvo que encargarse de sus tres hijos. Los tres hermanos no se soportaban, y no paraban de discutir corroídos por la envidia y la codicia de quedarse con todas las tierras de su padre. Harto de sus peleas, su padre, que además de jefe era brujo, lanzó sobre ellos una maldición: los condenó a verse sin poder hablarse por toda la eternidad, convirtiéndoles así en tres altas montañas que situó a cada extremo de sus tierras para que sirviera de ejemplo para las tribus cercanas: el mayor, Moncayo; el mediano, Ocejón, y el pequeño, Alto Rey. Hoy en día en la ermita situada en la cima del Alto Rey se puede contemplar un grabado en la piedra en la que se muestran tres cabezas situadas de la misma forma que están geográficamente el Moncayo, el Ocejón y el Alto Rey.

La leyenda de los tres hermanos

Moncayo o Monte Cano como lo llamaban los romanos por semejar las nieves de su cima las blancas canas de la cabeza de un anciano (algo así como la de uno, pero más poblada). En la Edad Media la expresión Monte Cano se corrompe y deriva a Monte de Caco. La tradición popular relacionaba al colosal macizo del Moncayo con el famoso ladrón mitológico Caco. 
Cuenta la leyenda que una cueva de los Fayos la habitaba un gigante amigo de lo ajeno (de ahí que Caco signifique ladrón) y allí escondió el ganado que le robó al poderoso Hércules, otro gigante de la zona (como era gigante se ve que en dos zancadas llegaba de Aragón a Grecia). Hércules encontró la guarida de Caco gracias a los mugidos de sus novillas. Cuando los colosos se encontraron, empezó un fuerte combate por el que surgieron ríos y montañas.  Caco fue vencido y enterrado. El Moncayo fue la última piedra que Hércules puso encima del derrotado Caco.

La leyenda de los tres gigantes (Tarazona – Aragón) | Blog Jose ...

En la Casa Consistorial de Tarazona encontraremos las tres figuras de gigantes de grandes dimensiones que decoran su segundo cuerpo, a la altura de la balconada.

La leyenda de la fundación del Monasterio de Veruela

El Monasterio de Veruela, el primer monasterio cisterciense de Aragón, se encuentra en las cercanías de Vera del Moncayo. Cuenta la leyenda que en 1.141 don Pedro Atarés, señor de Borja, se encontraba de cacería en los alrededores del Moncayo cuando le sorprendió una fuerte tormenta. Temiendo por su vida, le pidió a la Virgen María que le protegiese. Y así fue, se le apareció en el cielo y le protegió hasta que pasó el temporal.

Visita al Monasterio de Veruela - Hotel Ciudad de Borja

Así mismo, la Virgen María le hizo entrega de una pequeña imagen suya depositada sobre una encina. Ya que, a cambio de su protección, la virgen le encomendó a don Pedro levantar, en el mismo lugar, un monasterio dedicado a ella. Esta es la leyenda de cómo empezó la construcción del Real Monasterio de Santa María de Veruela, que se inauguró en 1.145.

Trasmoz, el pueblo de las brujas

Si hay un pueblo envuelto en leyendas en Aragón, ese es Trasmoz, en la faldas de Moncayo. El pueblo maldito del que tanto habla Bécquer en sus “Cartas desde mi celda”. El único pueblo español oficialmente excomulgado por la iglesia católica, cuya excomunión no ha sido revocada todavía.


Toda leyenda tiene un inicio y, en este caso, todo empieza en el castillo de Trasmoz. Se cuenta que fue levantado en una noche por un ser maligno, tras pactar con el diablo, y que sus ocupantes se dedicaban a fabricar monedas falsas. Para evitar ser investigados (debido al ruido y al martilleo), expandieron el rumor de que eran brujas y hechiceros los que hacían sonar cadenas por las noches. Estos hechos llevaron a excomulgar a la localidad por orden papal en 1.252, y esa decisión nunca se revirtió.

Nuestro querido Bécquer, como buen escritor romántico, tenía una atracción patológica por las habladurías, y de nadie se ha hablado más que de las brujas. En “Cartas desde mi celda” dejó para la posteridad la historia de algunas brujas de Trasmoz como la Tía Casca o la Dorotea.
▷ Leyendas de Bécquer 【resumen y personajes】 - Resumen.club

La Dorotea fue la primera bruja de Trasmoz. Era una joven huérfana de 18 años, que vivía con su tío, el cura del pueblo. Se dice que un día la muchacha cambió el agua bendita que su tío utilizaba para bendecir los alrededores del castillo, por un líquido que una vieja sirviente del mal le entregó. Desde entonces las fuerzas del mal volvieron a utilizar el castillo para sus aquelarres, y a cambio la Dorotea consiguió preciosos vestidos y la liberación de sus labores caseras, que realizaban un ejército de brujas, que tomaban forma de gatos y sapillos verdes.

Trasmoz: La Leyenda de la tía Casca – Solo Hay Almas

Aunque la más famosa fue la Tia Casca. Descendía de una larga estirpe de brujas y se dice que sus poderes procedían de un misterioso ungüento cuya fórmula habría pasado de madres a hijas. Dicen que disfrutaba echando mal de ojo a los niños, que podía volar y envenenar hierbas y ríos matando así al ganado de los que osaban meterse con ella. La acusaron de numerosas atrocidades, hasta que en 1862 el pueblo entero la linchó tirándola desde un cabezo. Dicen que su alma sigue vagando por la tierras de Trasmoz a día de hoy.

El Sanatorio Antituberculoso de Agramonte del Moncayo

Este edificio, situado en las faldas del Moncayo, se inauguró en 1.939 y a él acudieron cientos de enfermos de tuberculosis. El sanatorio estaba a cargo de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, las cuáles cuidaron de los enfermos hasta que cerró, el 30 de septiembre de 1.978. Desde entonces el sanatorio permanece abandonado y resulta un lugar ideal para los fans del misterio.

Sanatorio de Agramonte del Moncayo | T. Saso | Flickr

Con el paso de los años, son muchas las personas que se han adentrado para captar actividad paranormal, hacer psicofonías o fotografías. Los que lo han visitado dicen que se siente una energía diferente, que puedes escuchar sollozos y lamentos e, incluso, ver sombras errantes.

A la cima del Mocayo

El Moncayo es el techo del Sistema Ibérico y, de ahí, una de las montañas más destacadas de la península, marcado nítidamente en el cielo entre Castilla y Aragón. Su gigantesca y característica silueta es percibida desde la depresión del Ebro e incluso mucho más allá, desde las montañas del Pirineo.


La inexistencia de otras cimas de altitud apenas comparables a la del Moncayo, la hace emerger sobre el horizonte como una montaña grande y aislada, diferenciándola perfectamente del resto de las montañas ibéricas. Baste, también indicar que la capital de la comarca del Moncayo, Tarazona se encuentra a tan sólo 487 metros de altitud, para hacerse una idea del levantamiento de esta montaña sobre el hundido valle del Ebro.


Montaña mágica, en la confluencia de los reinos Navarro, Aragones y Castellano, fueron los romanos los que observando sus nieves que se perpetúan durante casi la totalidad del año le dieron el nombre de "Mons Caunus" (El Monte Cano, Blanco). Los glaciares del cuaternario han dejado huella en la montaña en forma de tres circos glaciares a modo de hoyas: Hoya San Miguel, San Gaudioso y Morca. Todo este espacio de alta montaña precedido por bosques en las laderas configura el Parque Natural de la Dehesa del Moncayo.

Itinerario

Desde el Santuario de la Virgen del Moncayo (1.621 m) parte la ruta más sencilla a la cumbre. Desde la fuente del Santuario parte una marcada senda pedregosa que asciende primero por bosque y luego por terreno despejado hasta la entrada del circo glaciar del Cucharón, nombre que recibe la base de la Hoya de San Miguel. 

Santuario del Moncayo - Inicio
Comenzamos la verdadera y única dificultad de esta  Ascensión al Moncayo, 1.5 km de subida ininterrumpida, con zigzag salvando 400 m de desnivel. Existen dos posibilidades. La primera es dirigirse directamente a la cima atravesando el citado circo y salvar el escarpe que conduce a la cumbre. El terreno es simple pero en Invierno se han dado varios accidentes, algunos mortales, en este tramo que puede requerir equipamiento de alta montaña (crampones). Cuando hay nieve al ir cogiendo desnivel y ser toda la subida por zona empedrado se puede convertir en zona muy resbaladiza, la nieve helada sobre rocas se convierte en la pista de hielo mas peligrosa que podamos encontrar, por lo tanto muy atentos a la época y clima en esta cumbre.


La segunda opción es, en cualquier caso, más segura. Consiste en subir a la izquierda por la loma que separa la Hoya de San Miguel del Circo de San Gaudioso y alcanzar, sin por menores la cresta. Es el cordal que nos llevará al Moncayo (2.316 m), techo de las provincias de Soria y Zaragoza .No es un pico como tal, es una gran cima redondeada y llena de peculiaridades, un primer geodésico no oficial, repleto de artilugios que va dejando la gente a su paso, un buzón y de fondo vemos el geodésico oficial, cruz e imagen de la virgen del Pilar. El descenso lo hacemos por la misma senda y es muy rápida.


También se puede iniciar la ascensión desde la Fuente de los Frailes (1.349 m), en una curva en la carretera de acceso al santuario. Ello supone añadir al recorrido tres cuartos de hora más de marcha y sumar 300 metros de desnivel. 

Entorno

El macizo de Moncayo consta de tres cumbres bien diferenciadas que superan los 2.000 metros de altitud: peña Negrilla o Moncayo de Castilla (2.118 m), Moncayo o San Miguel (2.316 m) y Lobera (2.226 m). No obstante el macizo extiende sus cordales hacia el S.E. ya dentro de la provincia de Zaragoza alcanzando a otras cimas que resultan ser bastante más modestas en altitud: Morrón (1.731 m), Tonda (1.498 m). Hacia poniente las laderas del Moncayo caen raudas, sin demora, hacia Ágreda (921 m).


En la vertiente Aragonesa del Moncayo encontramos el Santuario del Moncayo (1.621 m). En la base de donde arranaca la montaña, cerca de Vera de Moncayo (621 m) se encuentra el Monasterio de Veruela (siglo XI), que fue la pura inspiración de Gustavo Adolfo Bécquer. Podemos aprovechar para visitar pueblos como Trasmoz, Añón, Talamantes o Alcalá de Moncayo...


También en la misma vertiente pero en tierras Sorianas encontramos el bonito pueblo de Vozmediano (979 m). Un poco más arriba del pueblo tiene su nacimiento en una surgencia, el río Queiles. 

País perdido

Perdido debajo del Monte Perdido
perdido estuviste país.
mi viejo Condado, señor de los montes
te estabas dejando morir.
Perdido el orgullo, perdido el futuro
perdido, perdido país.

País de silencios de ausencias y olvidos
tristes montes y soledad.
País sin historia, pueblo sin raíces,
carrasca que se secara:
sobrabas país, solo querían agua,
montañas y electricidad.

Los mapas siguieron trayendo tu nombre
¡Quien puede olvidarse de ti!
tozales altivos y ríos crecidos
gritaban: "¡Seguimos aquí!".
Pero divididos y sin dar batalla
te fuimos perdiendo, país.

Tal vez a trocitos se te fue llevando
la gente que hicieron marchar,
o bajo las aguas de un negro pantano
reposas dormido y en paz,
igual que a los pies de Peña Montañesa
las ruinas de San Beturián.

¡Invoco tu nombre, País del Sobrarbe!
¡Arriba que hay que despertar!.
Invoco tu nombre, país de mis padres,
país de mis hijos serás,
si despierta el pueblo que escribió los Fueros
y que Aragón supo crear.

Desde el Pirineo a la Sierra de Guara,
cada lugar es mi lugar:
el Ara y el Cinca, el Cinqueta y La Fueva,
Sobrarbe entero, eres mi hogar.
casa dividida es casa caída,
y juntos te vamos a alzar.

¡Venid dioses que dormís debajo un dolmen!
¡Guerreros y Santos venid!:
hijos de la historia y de nuestras leyendas,
ayuda os pedimos ¡venid!.
¡Cruzad ya los puertos, viejos guerrilleros,
reconquistemos el país!.

Bruchinas de enero, tronadas de agosto,
¡tocad el tambor sin parar!
si vamos unidos a esta batalla
los rayos de nuevo pondrán
una cruz de fuego sobre la carrasca,
y Sobrarbe renacerá.
una cruz de fuego sobre la carrasca
y Sobrarbe renacerá.

Manuel Domínguez (la Ronda de Boltaña)

La leyenda del Monte Perdido

 

Son muchas son las leyendas que rodean el origen del Monte Perdido, pero quizá la más conocida sea la historia de un mendigo y un pastor que se coincidieron por esta zona. Cuenta la Leyenda que en el pasado, el lugar donde hoy se alza imponente Monte Perdido, era una amplia extensión de prados con abundante hierba, agua y coloridas flores a la que los pastores llevaban a pastar sus ovejas desde los pueblos cercanos del Sobrarbe.
Un mendigo le pidió al pastor algo de comer con estas palabras: “llevo mucho tiempo sin probar bocado. Deme algo de comer, Dios se lo pagará”. El pastor, avaricioso y egoísta, le dijo que él también tenía hambre. 

El mendigo insistió de nuevo, pero el pastor se mantuvo en su egoísmo. Cansado, el mendigo le dijo al pastor: “Te perderás por avaricioso, y allí dónde te pierdas saldrá un gran monte, inmenso, tan grande como tu falta de caridad”. El extraño hombre desapareció e instantes después, una intensa niebla empezó a cubrir el valle. El pastor nunca había visto nada igual y asustado empezó a buscar a su rebaño, que se hallaba disperso por los prados. Comenzó entonces una fuerte tormenta de viento y nieve. En pocos tiempo todo quedó congelado y el pastor y su ganado desaparecieron para siempre. Nunca más se supo de ellos. 
Cuenta la leyenda que justo en este lugar, apareció una impresionante y peligrosa montaña: Monte Perdido. Los verdes prados se convirtieron en roca, nieve y hielo, de gran belleza pero inexpugnable. Dicen los pastores que ese mendigo era San Antonio y que lo ocurrido fue un castigo divino al egoísmo y a la falta de solidaridad del pastor. Un recuerdo a mi abuela que tenía devoción por este santo.

“Perdido debajo del Monte Perdido 
perdido estuviste país. 
mi viejo Condado, señor de los montes 
te estabas dejando morir. 
Perdido el orgullo, perdido el futuro 
perdido, perdido país….”
País perdido. La Ronda de Boltaña

Pais perdido

ORDESA. a la Cola de Caballo por la Senda de los Cazadores


Si hay algún sitio obligado para cualquier visitante de la provincia de Huesca es el Par-que Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Está catalogado como patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. En el pasado año se cumplió el centenario de la creación. Concretamente se creó el 16 de agosto de 1918. Años más tarde, en 1982, sería am-pliado para crear el Parque nacional de Ordesa y Monte Perdido incluyendo el macizo de Monte Perdido, el Cañón de Añisclo, las Gargantas de Escuaín y la cabecera del Valle de Pineta. 
En el Parque hay muchas rutas que se pueden hacer, unas fáciles y otras más difíciles.  Hoy voy a proponer una de las más bonitas, la que va hasta la Cola del Caballo por la Senda de los Cazadores. Es un recorrido que reúne casi todos los elementos paisajísticos propios de la montaña: frondosos bosques, un río con fotogénicas cascadas, verdes praderas y al final el Circo del Soaso coronado por el Monte Perdido y las Tres Serols. 


Como antes he mencionado hay otras formas de hacer esta excursión. He elegido esta por dos motivos: primero porque se disfruta del valle desde dos perspectivas diferentes, una desde arriba desde dónde se puede disfrutar de la vista aérea de todo valle y otra desde el fondo, donde nos vamos disfrutar de lugares tan pintorescos como las cascadas y el bosque de las hayas; y la segunda razón es porque se evitan las aglomeraciones que se producen en la parte de abajo haciendo la ruta habitual. Además hacemos un recorrido circular que siempre es interesante.
Esta es la ruta que a mí más me gusta y además propongo hacerla en este sentido, ya que si lo hacemos al revés tenemos más riesgos de caernos en la empinada senda y además a la vuelta las piernas están más cansadas para hacer una bajada tan fuerte, donde el riesgo de alguna lesión muscular o articular es más posible. Con nieve, lluvia o hielo es mejor hacer la ruta clásica ya que la Faja de Pelay se hace muy peligrosa y una caída en según qué sitios puede ser fatal.


También tenemos que tener en cuenta que si vamos durante los meses de verano y Semana Santa, la carretera de acceso a Ordesa está cortada para el tráfico particular, debiendo dejar el coche en Torla y coger un autobús en el mismo aparcamiento de Torla.
 
Iniciamos el recorrido en el enclave conocido como Pradera de Ordesa, que es el punto de partida de diferentes itinerarios por el valle. En el aparcamiento de la Pradera de Ordesa hay varios paneles indicadores. Nosotros seguimos la indicación de “Senda de los Cazadores - Faja de Pelay”. Las sendas están muy bien indicadas por lo que no nos debemos salir del camino. 


Pasamos un puente que cruza el río Arazas y enseguida nos encontramos la Senda de los Cazadores. Un letrero nos advierte que se trata de un camino peligroso, no hay que asustarse pero si tomarlo calma y precaución. El camino sube con fuerza haciendo cortos zigzags por el interior de un hermoso bosque donde domina el haya. Este es uno de los senderos más duros de media montaña pero es precioso. Subimos unos 600 metros en 2 horas, así es que calma y a disfrutar del bosque. Este es el tramo más duro de toda la ruta. Nos encontraremos con un desvío que nos lleva a las Sierra de las Cutas pero nosotros seguiremos el mismo camino que llevamos


El camino asciende cada vez más suavemente hasta que llegamos al mirador de Calcilarruego. Una pequeña cabaña de madera nos da la bienvenida. Nos encontramos en el punto más elevado de la ruta. Las vistas desde el mirador de Calcilarruego son espectaculares: una gran panorámica del circo de Cotatuero, la Faja Racón, la Faja de las Flores y el Gallinero . A izquierda y derecha, podemos apreciar la espectacularidad del valle de Ordesa. Nos encontramos en un mirador excepcional. Aprovechamos para descansar, hacer fotos y tomar algo, que nos lo hemos ganado.
Aquí mismo arranca el sendero que debemos seguir y que se conoce por el nombre de Faja de Pelay. Ya no tendremos que subir más, y avanzaremos llaneando o bien en suave descenso. Durante el recorrido por la Faja de Pelay alternamos algunas zonas boscosas con otras zonas más abiertas. No es raro que en este camino nos crucemos con algunos sarrios. Poco a poco se nos va abriendo, delante nuestro, la perspectiva del circo de Soaso. Estamos ante un valle de origen glaciar. Las vistas durante este tramo del recorrido son espectaculares. Encima del circo, si las nubes y la niebla nos lo permiten, podemos observar las llamadas Tres Serols: el Cilindro de Marboré (3.325m), el Monte Perdido (3.348m) y el pico Añisclo (3.257m), al fondo del valle, podemos observar los conocidos saltos de agua de las Gradas de Soaso. También podemos apreciar en todo momento el camino que avanza por el fondo del valle, es el camino que nosotros tomaremos más adelante para volver hasta la Pradera de Ordesa desde la Cola de Caballo. 


Nuestro sendero acaba desembocando en el circo del Soaso, al lado de la famosa cascada de la Cola de caballo. Otro alto aquí es obligatorio para descansar y hacer las fotos de rigor en la que es, seguramente, la cascada más famosa de todo el Pirineo e incluso de España. Es un lugar donde vamos a encontrar mucha gente.



El camino de vuelta transcurrirá por la vertiente Norte del valle de Ordesa. A partir de este punto, y hasta el final de la ruta, seguiremos el camino clásico por las Gradas de Soaso. Avanzaremos por el fondo del valle de Ordesa siguiendo el GR-11 (Travesía Transpirenáica). El recorrido es fácil, evidente y está bien marcado en todo momento. El camino se hace más estrecho y empieza a descender enlazando varios zigzags. Llegamos a otro de los atractivos de esta excursión, las Gradas de Soaso, donde el río nos sorprende con sus caprichosos saltos escalonados. Encontramos varios miradores desde donde podemos admirar esta maravilla natural desde varios puntos de vista. Más fotos, y seguimos nuestra ruta. 


Entramos en un bonito hayedo que nos acompañará durante el resto de toda la excursión. La variedad de colores que nos ofrecen las hojas de las hayas es espectacular. Continuamos el camino de bajada, que sigue haciendo cómodas lazadas y en medio del hayedo nos encontramos con varias cascadas: la del Estrecho, de la Cueva y la de Arripas. Poco a poco el sendero se va ensanchando. El camino es muy evidente y finalmente llegamos a la Pradera de Ordesa, punto de inicio y final de esta sensacional ruta por el valle de Ordesa. Aprovechamos para descansar y disfrutar del ambiente que nos rodea, incluso podemos tomarnos algo en el bar de la Pradera mientras comentamos las maravillas de las que hemos disfrutado.


Esta es una de las excursiones que vamos a ver en “El Pájaro Espino”, por el parque Nacional de Ordesa. Hay muchos senderos, bien señalizados y con distintos niveles de dificultad. Si no conocemos la zona es bueno informarnos de lo que podemos hacer y adecuar la actividad a nuestro nivel físico y técnico para evitar contratiempos. Esta excursión se puede hacer en cualquier época del año, pero recomiendo el otoño por el colorido que vamos a encontrar. En verano es cuando creo que es peor la visita por la cantidad de gente que acude a este lugar y en invierno se añade la dificultad de la nieve pero andando por la ruta clásica también es espectacular. Después de la excursión podemos aprovechar para dar un paseo por Torla o Broto y visitar la espectacular Cascada del Sorrosal, que está a 5 minutos del núcleo urbano.