La basa de la mora o ibón de Plan

Si hiciéramos un concurso para decidir cuál es el ibón más bonito de todo el Pirineo, no cabe duda de que la Basa de la Mora sería un serio candidato. A la belleza del lugar se le suma su ambiente mágico, pues una leyenda dice que una princesa de cabellos dorados se baña en las frías aguas al amanecer del día de San Chuan, pero sólo es posible verla si se tiene el alma limpia..

Es un lago glaciar y se encuentra en una gran explanada a casi 2000 metros de altitud, en la cara norte del macizo del Cotiella, custodiado por altas montañas, de nombres tan sugerentes como Labasar, Feixón Ziego o Pico Llosa, el ibón se nos presenta con unas aguas de color verde esmeralda, arropado por enormes moles piedra y grandes canchales alternados por bosques de pino negro y verdes praderas a sus orillas. El acceso al ibón puede realizarse a través de diferentes vías bien distintas.

A pie desde la cola del embalse de Plan tomando una senda que en fuerte pendiente asciende hasta el ibón salvando un desnivel de 960 metros.  Se trata de una ascensión dura y exigente de unas 3 horas de duración.

La segunda opción de alcanzar el ibón, totalmente a pie también, parte desde Saravillo a través del sendero GR-15.  Se trata de una opción con mayor distancia y menor pendiente que la anterior si bien salva un desnivel similar.

Nuestra propuesta es la primera opción, desde la localidad de Plan. Tras iniciar por una cómoda pista detrás de las piscinas municipales, te adentra por una senda llena de encantos. La subida se va haciendo cada vez más exigente, empinada y llena de obstáculos como piedras resbaladizas por la humedad constante, además de los pequeños manantiales que aparecen por entre el bosque.


Pero el premio está al terminar la subida pues te encuentras con que el bosque se va abriendo en una cómoda y suave senda, además de la presencia evidente de lo que poco más adelante van a contemplar tus ojos. Justo detrás del refugio baja un sendero que nos llevará en 1,5 km al precioso Ibón de Plan o Basa la Mora. La sensación de paz y sosiego que transmite la Basa la Mora está realzada por el silencio absoluto que lo rodea, el cual es debido a la ausencia de arroyos y torrentes más allá del ibón.

Lo único negativo es que suele haber mucha gente, sobre todo “paelleros”, ya que es muy fácil subir con coche casi hasta el lago. El Ibón se puede visitar en cualquier época del año, pero es en primavera y principio de verano cuando está más espectacular, especialmente poco después del deshielo.

La Leyenda del ibón de Plan o Basa la Mora

No es de extrañar que semejante espectáculo natural, sea objeto de leyendas, y hay dos versiones de la leyenda que explican su nombre de Basa La Mora. Según una de ellas, una joven musulmana, huyendo de las luchas entre moros y cristianos, llegó hasta esta zona y se perdió. Desde entonces su espíritu permanece vagando en el ibón (basa) y cada 24 de junio, al amanecer de la noche de San Juan, las personas de alma pura que laven su cara en las aguas del ibón, la verán danzar sobre sus aguas. 

Y según la segunda versión, las Moras en el Pirineo son unas hadas relacionadas con los elementos: el agua, la tierra y el fuego. Al amanecer de la noche de San Juan, al lavarte (sanchuanarse) podrás contemplar a esta hada, que cuando los primeros rayos de luz acaricien el agua surge lentamente del centro del lago y allí bailará al son de una viejísima danza que habla de reyes y reinas muertos hace siglos. Cuando el sol esté arriba la mora desaparecerá.

Estos loritos están esperando ver la "encantaria"

Es costumbre que los habitantes de los pueblos del valle suban esa noche a purificar su alma, lavándose en el agua del lago y esperando ver bailar a la mora.

SolsticioT01#18 El Pájaro espino

El canto de los pájaros.

Desde 1982, el 21 de junio se celebra el Día Europeo de la Música, un arte y un lenguaje no exclusivos de la especie humana.

En la antigüedad, griegos y romanos sostuvieron que los animales, sobre todo los pájaros, habían inventado la música, y que los seres humanos la aprendieron imitándolos. ¿Es mera apropiación estética el imitar los sonidos de otros animales para expresar emociones y sentimientos humanos? ¿O se ha considerado que los animales expresan emociones o sentimientos propios con los sonidos que emiten?

La inspiración más frecuente en la creación musical ha sido, sin duda, el canto de los pájaros, en el cual los compositores no han dudado en encontrar alegría, felicidad o tristeza. Uno de los más antiguos y preciosos ejemplos de ello, entre los que se conservan, es Canto de los pájaros de Clément Janequin, que musicaliza a cuatro voces un virelai (forma poética medieval) escrito alrededor de 1529. En esta joya polifónica el autor introduce muchas onomatopeyas de aves canoras. El primer verso lo dedica a los pájaros en general, el segundo al estornino, el tercero al ruiseñor y el cuarto al cuco. La letra es explícita en cuanto a descifrar los cantos como expresión, sea de la llamada al amor o de la consciencia del buen tiempo. Las aves hacen "maravillas con su canto cuando están contentos" —reza el poema—

Cae un 62% la población del alcaudón real en España por el uso de plaguicidas.

 La situación de la especie es preocupante. Tanto que SEO/Birdlife cree que ha llegado el momento de cambiar su estatus, ya que en la actualidad está catalogada como “casi amenazada”, cuando debería figurar, al menos, en la categoría de “vulnerable”.

“La intensificación de las explotaciones agrarias resulta sumamente perjudicial para aves insectívoras y carnívoras como los alcaudones. El empleo abusivo de plaguicidas disminuye la cantidad de insectos y pequeños mamíferos, además de provocar el envenenamiento de las aves, con su consecuente infertilidad o muerte”, detalla SEO/BirdLife.

Una curiosidad: a menudo genera “despensas”, empalando a sus presas en las ramas punzantes de arbustos pinchudos. Lo hace porque no es capaz de digerir la presa entera, y de esta forma puede comerla poco a poco, e incluso arrancar pedazos para alimentar a sus crías.

Para despedazar a sus presas más grandes se apoya en esos arbustos y en alambradas con espino. Caza al acecho, oteando desde posaderos dominantes, como postes de teléfono o eléctricos, cables paralelos a carreteras y caminos, o ramas altas de arbustos.

Existen diferentes subespecies de alcaudón real, que se extienden por tres continentes: Europa, África (desde Mauritania y Marruecos hasta Egipto y Somalia ) y Asia (penetra hasta Mongolia). En Europa, el alcaudón real es muy escaso y se restringe al sur de Francia, Portugal y España.

En el suroeste europeose estima que hay entre 212.000 y 353.500 parejas reproductoras, la mayor parte en España, donde habitan de 200.000 a 250.000 en territorio peninsular y entre 1.000 y 1.500 en Canarias.

Ocupa zonas abiertas, con árboles y arbustos dispersos, casi siempre por debajo de los 1.500 metros de altitud. Se observa en dehesas, campiñas, almendrales, olivares y, en general, en parajes agrarios con cultivos, tanto de secano como de regadío. 


Sobre estas líneas una imagen tomada recientemente en la Cara Oculta del Moncayo, se trata de otro Alcaudón que visita nuestra tierra para estas fechas, el Alcaudón Dorsirrojo, (Lanius colliuro) especie que se caracteriza por un llamativo manto pardo-rojizo. Ésta especie está ampliando su régimen de distribución por el continente Europeo, lo curioso es que los ejemplares alcanzan nuestra región atravesando los Pirineos y no el estrecho de Gibraltar como sí lo hacen otros alcaudones...Todos ellos vienen desde el continente africano, en este caso particular su trazado es algo más vericueto pues vienen por el Bósforo después de atravesar Egipto, Israel, Libano, Siria, Turquia... unos auténticos campeones.

La noche de San Juan

Llega la noche de San Juan, y con ella la bienvenida al verano con una de las noches más mágicas del año. Sin embargo, existe confusión en torno a esta fiesta: cuándo se celebra, en qué zonas y por qué no coincide con el solsticio de verano. 

El día 24 de junio se celebra el nacimiento de San Juan Baptista, una fiesta religiosa que hace años coincidía con el solsticio de verano, según el calendario juliano. La noche de San Juan, a diferencia de lo que piensa mucha gente, no es realmente la noche más corta del año; este fenómeno se da durante el solsticio de verano, que este año hemos celebrado el 21 de junio, momento en que la rotación de la Tierra está más cerca del Sol. 

La noche de San Juan supone la cristianización de la fiesta de la celebración del solsticio de verano en el hemisferio norte e invierno en el hemisferio sur. Su origen proviene de las fiestas paganas de hace miles de años, cuando se realizaban cultos al sol, puesto que estaba considerado uno de sus dioses y por ser el astro rey.

Sin embargo, con la llegada del cristianismo, esta celebración fue cambiando aunque sigue manteniendo su esencia. Muchas de las fechas utilizadas en las celebraciones paganas durante los inicios del cristianismo se han ido conservando hasta la actualidad, una de ellas es el caso de la noche de San Juan.

En la Biblia, esta fecha aparece como el día en el que nació San Juan Bautista y que su padre Zacarías mandó encender una hoguera para anunciar el nacimiento de su hijo Juan. El cristianismo asimiló esta tradición y la adaptó a su calendario, motivo por el cual se relaciona la costumbre de prender las hogueras con el nacimiento de Bautista.

La tradición pagana señalaba que encendían las hogueras para dar más fuerza al sol que en esa fecha va perdiendo fuerza y los días se hacen más cortos. De esta manera, se conseguía prolongar la luz.

La noche de San Juan siempre se ha asociado al fuego aunque hoy en día esta noche se ha popularizado y se relaciona con el inicio del verano, el final del curso académico o el comienzo de las vacaciones. No obstante, en su versión pagana, la noche de las hogueras suponía un día mágico, el momento perfecto para espantar a los malos espíritus o romper con las cosas malas que hayan sucedido.

Saltar las brasas

Una tradición que se realiza en muchísimos de los rincones de Cataluña y Comunidad Valenciana en los que San Juan es un día festivo. Teniendo mucho cuidado, la tradición es la de encender una hoguera en la playa y una vez el fuego comienza a estar bajo, se deben saltar las brasas que quedan para pedir un deseo mientras se salta o sencillamente tener buena suerte.

Saltar la hoguera 

Es algo más peligroso que saltar solo las brasas y no se aconseja hacerlo, pero en el pasado se saltaba directamente por encima del fuego para poder estar «protegido» contra la mala suerte en todo lo que quedaba de año. Se dice además que se debía saltar un número impar de veces, pero lo cierto es que la gente prefiere saltar las brasas ya que evidentemente, es mucho más seguro.

Quemar lo viejo

Muchas personas interpretan el solsticio de verano como una renovación, de modo que existe también la tradición de quemar algo que sea viejo para así entregarse a una nueva temporada y de paso, renovar energías. Aunque las hogueras son cada vez más controladas, en algunas localidades todavía se encienden grandes hogueras a partir de quemar muebles viejos para recibir esa nueva energía y también, para tener buena suerte.

Despedida del curso escolar

Como hemos comentado, la celebración de San Juan está muy ligada para los estudiantes con el hecho de acabar por fin las clases. Quizás por ello se ha convertido en tradición lanzar al fuego los libros del curso que acaba de finalizar o también, los apuntes.

Pedir deseos

Otra de las tradiciones en torno a las hogueras de San Juan es la de escribir algo en un papel y lanzarlo a la hoguera con el fin de que se cumpla el deseo escrito. También existe la tradición de coger las cenizas de ese mismo papel y lanzarlas al mar ya que se dice que en la noche de San Juan el agua purifica y atrae también la buena suerte.

Las nueve olas

Si el fuego es purificador en la Noche de San Juan, el agua no se queda atrás, ya que se considera que en tal fecha está bendita. En España, uno de los rituales más frecuentes es bañarse en el mar durante la madrugada, pues dicen que con ello tendrás salud durante el resto del año. Si además al hacerlo saltas nueve olas, eliminarás las energías negativas y las féminas incrementarán su fertilidad.

Algunas celebraciones en Aragón

En el marco de esta velada tan especial hay quienes llevarán a cabo otro tipo de rituales como darse un baño en agua con sal para arrastrar las energías negativas o infusionar una serie de hierbas como laurel, albaca o romero, en busca de un mejor estado de salud. “También hay quien enciende una o dos velas a media noche, eligiendo un color según el objetivo, como el rojo que atrae el amor o el blanco la paz”.

Pero si hay una tradición que se lleva la palma en nuestros días en torno a esta festividad es la tradición de quemar una lista con aquellas cosas que quieres dejar atrás o, en su defecto, con los deseos que se quieren cumplir. Hoy en día, en el Pirineo Aragonés perviven tradiciones milenarias en varios pueblos como San Juan de Plan con su ‘Corrida de la Falleta’, en Sobrarbe. “Los vecinos encienden unas teas y antorchas y recorren el centro del pueblo”. La tradición cuenta que se buscaba a San Juan por los alrededores, de ahí la tradición de la carrera hasta el cementerio con una antorcha encendida. El primero que llega recibirá buenas noticias a lo largo del año.

En otros lugares como en Sahún, utilizan unas varas de avellano y corteza de abedul para llevar a cabo su tradicional volteo de bolas de fuego, mientras que en Bonansa se dedican a saltar sobre las brasas. “También se aprovecha para quemar muebles o elementos viejos como símbolo de renovación”.

Las sanjuanadas, que todavía se practican en varios puntos del Alto Aragón, son una creencia de antaño según la cual el agua se tornaba mágica la Noche de San Juan, por lo que había que bañarse o sumergirse en ella antes de que saliera el sol. Para ello se puede bajar al río y zambullirse. Aún se realizan sanjuanadas en Aínsa o Gistaín.

También corre el rumor que esta noche era aprovechada por las brujas para celebrar sus aquelarres y que utilizaban varios puntos del Alto Aragón para reunirse y hacer hechizos. Algunos de estos lugares eran el Dolmen de Tella, la Plaza de las Brujas de Tamarite o el Turbón, entre otros. Cogían plantas porque durante esta noche las propiedades se multiplicaban y tenían más efectos.

La Fiesta de San Juan


LA FIESTA DE SAN JUAN

Gloria a Dios en las alturas,
recogieron las basuras
de mi calle, ayer a oscuras
y hoy sembrada de bombillas.

Y colgaron de un cordel
de esquina a esquina un cartel
y banderas de papel
verdes, rojas y amarillas.

Y al darles el sol la espalda
revolotean las faldas
bajo un manto de guirnaldas
para que el cielo no vea,

en la noche de San Juan,
cómo comparten su pan,
su mujer y su gabán,
gentes de cien mil raleas.

Apurad
que allí os espero si queréis venir
pues cae la noche y ya se van
nuestras miserias a dormir.

Vamos subiendo la cuesta
que arriba mi calle
se vistió de fiesta.

Y hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.

Juntos los encuentra el sol
a la sombra de un farol
empapados en alcohol
magreando a una muchacha.

Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.

Se despertó el bien y el mal
la zorra pobre vuelve al portal,
la zorra rica vuelve al rosal,
y el avaro a las divisas.

Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.

Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.

Se despertó el bien y el mal
la pobre vuelve al portal,
la rica vuelve al rosal,
y el avaro a las divisas.

Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.

Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.

Joan Manuel Serrat

Leyenda de la Cueva Mora

Era en los años en los que el Cid Campeador recorrió estas tierras del Sistema Ibérico de Teruel camino de su exilio a Valencia, tierra poblada por los árabes. Entonces la climatología era muy dura, especialmente en invierno y las nevadas se sucedían a lo largo de los días. Avanzar por los quebrados senderos del Maestrazgo era difícil pues la nieve llegaba a las caballerías más arriba de la panza. En esta época es donde comienza nuestra historia….

Cansados y agotados de recorrer esta tierra fría, el Cid y todos sus caballeros encontraron la entrada a un valle perdido. Se dirigieron a él para buscar refugio de aquel frío polar que azotaba la zona.

Hicieron la entrada por el valle, tomaron la senda que transcurría por encima del río y cuando estuvieron bajo una cueva escucharon el dulce y suave canto de una mujer. Cuando llegaron a la aldea de Montoro de Mezquita encontraron la hospitalidad que buscaban y se alojaron en la única posada que había. Allí descansaron durante varios días al cuidado de una joven llamada Fátima, que les servía las comidas, las cenas y los desayunos. Aunque el trato era bueno, todos los hombres del Cid anhelaban seguir haciendo su ruta.

Una tarde, Anselmo, uno de los más valientes caballeros del Cid, observo que la joven Fátima salía del pueblo dirección al río. Siguió sus pasos hasta la cueva donde había escuchado los canticos de mujer el día que entró al valle con su Señor. Se quedó escuchado y oyó los lamentos de las mujeres que allí se encontraban. Sin pensarlo dos veces entró y descubrió a Fátima y una mujer bella como una flor.

Conversaron durante mucho tiempo y Zoraida que así se llamaba esta bella mujer le contó que el emir de aquellas tierras la había repudiado y la obligaba a cantar todos los días para que todo el mundo supiera que allí vivía la repudiada del emir y que si intentaba huir la buscaría y acabaría con su vida. Desde aquel día Anselmo iba con Fátima todas las tardes a visitar a Zoraida, le llevaba comida, ropa limpia, algún dulce pero sobre todo comprensión y poco a poco amor.

Aquella montaña, las paredes de aquella cueva, los árboles, los animales, los manantiales; fueron testigos de un sincero y ferviente amor. La climatología empezó a dar un respiro y ya habían pasado dos semanas sin nevar, cuando Anselmo le propuso a Zoraida escapar de aquel cautiverio. La joven le dijo que no. No quería perjudicarle, sabía que el emir pasaba todos los días por allí y si no escuchaba su voz los perseguiría y los mataría, además Anselmo se debía a su Señor.

Pero el amor del valiente caballero no se dio por vencido y una madrugada se presentó en la cueva, la subió a su caballo y desaparecieron camino de otras tierras lejanas en las que pudieran vivir plenamente su amor. Para evitar que el emir notara la ausencia de la joven, la montaña los quiso ayudar y desde entonces el agua de los manantiales que hay próximos a la “Cueva de la Mora” imitan su voz.

Mientras el Cid Campeador buscó por todos los lados a su valiente caballero, pero nunca jamás se supo nada de él. Por lo cual el Cid lloró amargamente su desaparición.

En busca de un tesoro por Pitarque

El nacimiento del Río Pitarque

Practicar senderismo y perdernos por cualquiera de los interminables y preciosos rincones que esconde la provincia de Teruel. La comarca del Maestrazgo nos ofrece muchas opciones para ello, pero sin duda, una de las más conocidas y visitadas es la ruta del Nacimiento del Río Pitarque, una ruta sencilla, corta y muy bonita que nos muestra paisajes espectaculares. Este hermoso rincón del Maestrazgo constituye uno de los escenarios que no puedes perderte si quieres practicar senderismo en un entorno natural único. El Pitarque es un río vivo de aguas cristalinas que mana a borbotones de la misma roca a través de dos ‘ojos’ o surgencias kársticas. A lo largo de su recorrido se alternan profundas pozas de aguas cristalinas y pequeños saltos de agua.

Para llegar allí se transita por carreteras estrechas y con muchas curvas, por lo que se debe tener especial atención y cuidado. Recomendamos ir parando en los miradores habilitados para contemplar las extraordinarias vistas del paisaje que os iréis encontrando de camino a Pitarque.

Pitarque es un pueblo como todos esos pueblos del Maestrazgo, hecho entre piedra y cal, rodeado de una vegetación parca aunque allí nazca la vida junto al agua. El patrimonio de Pitarque, para mí, se concentra en estos aspectos: la naturaleza, su arquitectura popular y sus gentes. Sí, porque las gentes en Pitarque son pocas pero como, por otra parte – y de manera general –, en toda la comarca la amabilidad es lo que más abunda.

En las calles de Pitarque encontraremos las primeras señales que nos indican el camino. La ruta está bien señalizada, y sigue todo el rato la misma senda, por lo que no tiene pérdida. La ida y la vuelta se puede hacer por el mismo camino (10 Km en total, sumando ambas). El río Pitarque, afluente del Guadalope, surge en la hoz formada entre la Peña de la Virgen y Peñarrubia. Remontar su curso hasta el nacimiento supone ir en busca de un Monumento Natural. 

Desde el pueblo de Pitarque seguiremos los paneles informativos y las señales que nos orientaran para tomar una senda en muy buen estado que discurre entre huertos y campos. Poco a poco nos iremos adentrando en el valle, entre grandes montañas calcáreas presididas por la cima del monte Peñarrubía, y bajo la atenta mirada de aves rapaces como el buitre leonado, que suelen frecuentar la zona. Escuchamos atentamente los sonidos del entorno.

Tras descender una cuesta más o menos pronunciada que te hace caminar por lugares tan pintorescos como la antigua herrería en la pared de la cual todavía se puede observar la silueta de dos herraduras, entras en el pista que, siempre acompañada por el rumor del agua, te conducirá hasta un lugar que para nada esperas.

Llegaremos a una ermita situada junto al camino, la ermita de la Virgen de la Peña, donde podremos hacer un alto en el camino. En este punto estamos casi a mitad del recorrido. Sorprende ver esta iglesia en medio del camino, con un enorme árbol justo delante. Un poco más adelante, el camino se bifurca y deberemos tomar la senda de la izquierda. Aquí nos adentramos en la zona más estrecha del valle, en la que el agua se va convirtiendo en protagonista, encontrándonos algunas pequeñas cascadas en nuestro camino.

Llevamos ya un rato viendo y oyendo el río, que queda metros más abajo de nuestra senda. Aún nos queda un ratito de andar para poder ver de dónde surgen estas aguas cristalinas. Tras dejar atrás la ermita, subimos la denominada Cuesta de la Virgen hasta alcanzar una impresionante cascada que cae con fuerza por la ladera de la montaña. Este es uno de los puntos más espectaculares de la ruta.

El recorrido continúa por un sendero que en época de riego explota en cascadas pero que en invierno están secas. También pasaremos por una antigua central hidroeléctrica, ahora abandonada, que se encargó de producir electricidad para Pitarque y muchos otros pueblos del Maestrazgo durante buena parte de la primera mitad del siglo pasado. En ese punto, el de la central eléctrica, vemos unas pequeñas garitas dedicadas a la vigilancia del lugar para evitar los boicots de los maquis, un grupo guerrillero antifascista que tuvo bastante actividad en la zona.

Cabe decir también, y como apunte histórico, que en la localidad de Pitarque – y en la ruta que lleva hasta el nacimiento del río – podemos encontrar diversos refugios antiaéreos y espacios en los que las gentes se resguardaban durante la Guerra Civil y años posteriores a ella. Ahora algunos convertidos en auténticos contenedores de basura… una pena.

Mientras camines, también, debes fijarte en las montañas que se encuentran a mano izquierda. Dicen que allí las piedras tienen formas humanoides y animaloides y, cierto, si le echas imaginación, algo de eso se ve. 

A partir de este momento, el valle se va estrechando y nos adentramos en el corazón del cañón del río Pitarque. La vegetación es cada vez más frondosa y el camino está encharcado en algunos tramos. Aquí el sonido del agua está muy presente ya que el río discurre unos metros más abajo.

Más cerca del nacimiento aparece una cueva con leyendas explicativas, que abunda en la naturaleza del omnipresente travertino en la zona: se trata de una roca porosa de baja densidad, formada por la precipitación de carbonatos disueltos en las aguas.

Ya es poco lo que queda de camino, pero todavía puedes asomarte hasta unas aguas tremendamente cristalinas, casi baleares, caribeñas si quieres, límpidas y claras, de colores turquesa y esmeralda, aguas en las que las truchas suelen campar a sus anchas o nadar a voluntad.

La entrada a la zona del Nacimiento del Pitarque es realmente mágica. De repente el paisaje cambia, y nos metemos dentro de una zona de roca erosionada por el agua, un lugar ciertamente sorprendente. Allí mismo veremos fluir el agua de numerosas oquedades de diferentes tamaños y formas, formando un entorno único y sorprendente.

Destaca por su forma la «chimenea», un caño formado por el agua en la roca, a través del cual y tras episodios de lluvias o tormentas, el agua cae con mucha fuerza, formando una estampa preciosa. Sí, cuando llueve mucho la cantidad de agua es tal que ésta acaba saliendo por una especie de chimenea a una presión enorme y que, según dicen, es un verdadero espectáculo.

Más adelante está el llamado Ojal de Malburgo, considerado como el lugar exacto de nacimiento del río, y un azud construido en tiempos de la central hidroeléctrica.

Puedes ahora dirigirte hasta la parte opuesta del nacimiento y llegar, a partir de una especie de desfiladero de corta longitud, hasta otro punto en el cual llega el agua que viene de Fortanete, y es que aquí tengo que deciros una cosa: en realidad el río Pitarque no nace en Pitarque sino en Fortanete pero allí se esconde tan rápidamente que casi no se deja ver y el río acaba explotando en Pitarque. Este camino está equipado con una sirga. Hay que tener un poco de cuidado. El espectáculo es emocionante… merece la pena pasar un buen rato en este lugar.

La vuelta la realizaremos por el mismo camino, obteniendo una perspectiva diferente, en la que poco a poco iremos viendo abrirse el valle. Al regresar, las cuestas de la ida se convierten en bajadas, con lo que el regreso es notablemente más rápido. El tiempo total de la excursión, dependiendo de los descansos y la forma física de los paseantes, está entre tres y cuatro horas. 

También está la posibilidad de coger una senda que sube desde la ermita de la Virgen hasta Peñarrubia. Es una zona aérea, escarpada y desde la que se aprecian panorámicas espectaculares. Y ya desde allí regresamos al pueblo...

La comarca del Maestrazgo nos ofrece muchas opciones, pero sin duda, una de las más conocidas y visitadas es la ruta del Nacimiento del Río Pitarque, una ruta sencilla, corta y muy bonita que nos muestra paisajes espectaculares, y que podemos complementar con una visita a Pitarque, Villarluengo o los Órganos de Montoro, para disfrutar de una completa jornada por el Maestrazgo turolense.