La basa de la mora o ibón de Plan

Si hiciéramos un concurso para decidir cuál es el ibón más bonito de todo el Pirineo, no cabe duda de que la Basa de la Mora sería un serio candidato. A la belleza del lugar se le suma su ambiente mágico, pues una leyenda dice que una princesa de cabellos dorados se baña en las frías aguas al amanecer del día de San Chuan, pero sólo es posible verla si se tiene el alma limpia..

Es un lago glaciar y se encuentra en una gran explanada a casi 2000 metros de altitud, en la cara norte del macizo del Cotiella, custodiado por altas montañas, de nombres tan sugerentes como Labasar, Feixón Ziego o Pico Llosa, el ibón se nos presenta con unas aguas de color verde esmeralda, arropado por enormes moles piedra y grandes canchales alternados por bosques de pino negro y verdes praderas a sus orillas. El acceso al ibón puede realizarse a través de diferentes vías bien distintas.

A pie desde la cola del embalse de Plan tomando una senda que en fuerte pendiente asciende hasta el ibón salvando un desnivel de 960 metros.  Se trata de una ascensión dura y exigente de unas 3 horas de duración.

La segunda opción de alcanzar el ibón, totalmente a pie también, parte desde Saravillo a través del sendero GR-15.  Se trata de una opción con mayor distancia y menor pendiente que la anterior si bien salva un desnivel similar.

Nuestra propuesta es la primera opción, desde la localidad de Plan. Tras iniciar por una cómoda pista detrás de las piscinas municipales, te adentra por una senda llena de encantos. La subida se va haciendo cada vez más exigente, empinada y llena de obstáculos como piedras resbaladizas por la humedad constante, además de los pequeños manantiales que aparecen por entre el bosque.


Pero el premio está al terminar la subida pues te encuentras con que el bosque se va abriendo en una cómoda y suave senda, además de la presencia evidente de lo que poco más adelante van a contemplar tus ojos. Justo detrás del refugio baja un sendero que nos llevará en 1,5 km al precioso Ibón de Plan o Basa la Mora. La sensación de paz y sosiego que transmite la Basa la Mora está realzada por el silencio absoluto que lo rodea, el cual es debido a la ausencia de arroyos y torrentes más allá del ibón.

Lo único negativo es que suele haber mucha gente, sobre todo “paelleros”, ya que es muy fácil subir con coche casi hasta el lago. El Ibón se puede visitar en cualquier época del año, pero es en primavera y principio de verano cuando está más espectacular, especialmente poco después del deshielo.

La Leyenda del ibón de Plan o Basa la Mora

No es de extrañar que semejante espectáculo natural, sea objeto de leyendas, y hay dos versiones de la leyenda que explican su nombre de Basa La Mora. Según una de ellas, una joven musulmana, huyendo de las luchas entre moros y cristianos, llegó hasta esta zona y se perdió. Desde entonces su espíritu permanece vagando en el ibón (basa) y cada 24 de junio, al amanecer de la noche de San Juan, las personas de alma pura que laven su cara en las aguas del ibón, la verán danzar sobre sus aguas. 

Y según la segunda versión, las Moras en el Pirineo son unas hadas relacionadas con los elementos: el agua, la tierra y el fuego. Al amanecer de la noche de San Juan, al lavarte (sanchuanarse) podrás contemplar a esta hada, que cuando los primeros rayos de luz acaricien el agua surge lentamente del centro del lago y allí bailará al son de una viejísima danza que habla de reyes y reinas muertos hace siglos. Cuando el sol esté arriba la mora desaparecerá.

Estos loritos están esperando ver la "encantaria"

Es costumbre que los habitantes de los pueblos del valle suban esa noche a purificar su alma, lavándose en el agua del lago y esperando ver bailar a la mora.