Lost on You

 LP y el dolor que la llevó a crear su más grande éxito

¿Qué hacer cuando una relación se acaba? ¿Qué hacer cuándo debemos alejarnos de esa persona a la que habíamos entregado tantas horas, días, semanas, y tanto cariño, y tanto esfuerzo, y tanto cariño? La respuesta más lógica es que se debe seguir adelante. Cuesta tanto que parece imposible; pero, por supuesto, no lo es. Laura Pergolizzi sobrevivió a ese inmenso dolor, a la frustración de no poder recuperar a esa persona y todo ese sacrificio invertido. ¿Cómo lo hizo? Creó un himno al desamor, a la decepción y al sufrimiento. Usó todo aquello que la hería desde lo más profundo y lo transformó en una obra que hoy le entrega más alegrías de las que jamás hubiera imaginado.

Hoces del río Piedra

Las Hoces del Río Piedra se encuentran situadas entre Aldehuela de Liestos y Torralba de los Frailes, en la comarca del Campo de Daroca. Son conocidas por sus espectaculares cortados verticales, resultado de la labor escultórica del río Piedra, que ha labrado un cañón de varios Km. de longitud.

El recorrido circular por las Hoces del Río Piedra es uno de los más impresionantes de toda la Comarca de Campo de Daroca. La combinación de colores de la vegetación, las verticales paredes calizas de tonos grises y rojos las numerosas aves y las excelentes vistas panorámicas desde el Mirador del Reconquillo lo convierten en un paraíso para cualquier senderista. Pasear por el cauce habitualmente seco del río Piedra entre preciosos bosques de fresnos y arces y poder disfrutar de una panorámica aérea sobre las hoces harán que este recorrido nos sorprenda a cada paso.

Para comenzar esta agradable caminata es necesario salir del pueblo. El punto de partida está perfectamente indicado con flechas y un panel informativo. Los primeros kilómetros marchan por pista agrícola hasta que ésta se abandona para proseguir por senda. Es posible evitar esta pista de unos 2 kms. ya que está en perfectas condiciones en la que se encuentra. En todo momento el camino resulta más que evidente dada la señalización existente.

Una vez en senda se atraviesa la Puerta de la Hoz (45´), acceso principal a las Hoces del Río Piedra, y desde ahí se prosigue llaneando siempre pegados a la orilla del río. Algunos de los hitos señalizados son el Pozo del Sombrerillo -donde se inicia la vuelta circular- la Cueva del Asno o el Paso del Angostillo, entre otros. En este último es donde se abandona el cauce para tomar, en suave ascenso, la Senda del Mirador. Llega un momento en el que el camino recala en el Mirador de las Hoces, uno de los puntos panorámicos más llamativos de todo el recorrido.

A partir de aquí seguimos, siempre siguiendo las marcas rojas y blancas del GR, por el fondo de la hoz cruzando en varias ocasiones el cauce. Podemos apreciar las enormes paredes verticales que nos rodean pobladas de innumerables buitres leonados.  Caminamos sin escuchar otros sonidos que el canto de las aves, que según los carteles informativos que vemos son característicos de esta zona: el picogordo, carboneros, herrerillos y pito real. Trascurridos 3 km. desde el comienzo, en el que la hoz a ya ha descrito varias curvas, volvemos a encontrar otro cruce en el que nosotros seguiremos de nuevo por la izquierda sin abandonar la hoz.

Seguimos nuestro recorrido y a los 5,5 km. encontramos a nuestra izquierda un pequeño refugio de montaña. Tras una pequeña curva descubrimos las ruinas de un antiguo molino y un viejo azud que en su día suministraba agua al molino para realizar sus labores. La zona de las Hoces del Piedra ha sido y sigue siendo una buenísima zona de escalada. La mayor parte de las vías equipadas se encuentran en esta zona del Molino de Torralba, debido que se puede acceder con vehículo.

Desde aquí podemos realizar otro recorrido circular de unos 5 kms. Tomamos el sendero de la derecha hacia el mirador del Ronquillo, cruzamos el cauce seco del río Piedra, y comenzamos a subir por el barranco de la Cueva, en fuerte pendiente, entre un bosque de carrascas y encinas. Una vez en la parte alta, giramos a la derecha, seguimos por un bonito sendero, paralelo al borde de los acantilados, con vistas de pájaro del fondo de la hoz. Llegamos al mirador del Ronquillo, donde hacemos una parada para disfrutar de la amplia panorámica que hay desde el, de las hoces del río Piedra.

Regresamos sobre nuestro pasos unos metros, enlazamos de nuevo con el sendero, e iniciamos un suave descenso, por una zona agreste, compuesta principalmente por matorral y alguna encina, por el que cruzamos el cauce del barranco del Reconquillo, y tomamos la cañada Real, ya con vistas a las moles de roca, en las que se encuentran las vías de escalada. Por unos minutos, el descenso cesa, llaneamos unos metros, hasta alcanzar la base de un farallón, donde tras detenernos para contemplarlo, iniciamos de nuevo el descenso, hasta llegar a la altura de los restos del molino, y unos metros más adelante del refugio.

Desde este lugar, retornamos por el mismo sendero por el que hemos venido, siguiendo las marcas rojas y blancas del GR.24; pasamos por la Peña de los Buitres, y unos metros más adelante, llegamos al paso del Angostillo, donde el sendero se bifurca en dos. Como lo hemos hecho por la parte de arriba, ahora andaremos por el fondo del barranco. A medida que avanzamos, el desfiladero se va encajonando, afrontamos el tramo más angosto, donde las paredes de la hoz se juntan, y la vegetación se espesa, resultando el que es sin duda, el tramo más bonito de todo el recorrido.

Sobre el kilómetro y medio, alcanzamos la base de las Peñas Caídas, que se encuentran acondicionada con una mesa de picnic, y unos metros más adelante llegamos hasta los restos de una antigua carbonera, donde hasta mediados del S.XX fue utilizada para obtener carbón vegetal, a partir de la leña de la carrasca y el quejigo. Y es que no hay que olvidar, que este y otros senderos que hoy en día recorremos para disfrutar de la naturaleza, eran antiguamente caminos de herradura, que se utilizaban a diario para unir poblaciones limítrofes, y de acceso a los campos de trabajo. 

Seguiremos el cauce del río disfrutando de la espesa vegetación, un sendero de película, pasando por varias cuevas y señalizado con pies informativos que nos dan cuenta de las distintas especies vegetales que pueblan estos parajes. Llegaremos a la puerta de la Hoz, donde hemos comenzado nuestra excursión.

En definitiva, una bonita excursión, fácil y cómoda en la que se descubren una variedad de bonitos y pintorescos rincones y que podemos completar con una visita a la laguna de Gallocanta, el Monasterio de Piedra o visitar cualquiera de las poblaciones que por allí se encuentran.

El cerdo en el campanario de Cimballa

 «Porque hay una historia que no está en la historia y que solo se puede rescatar escuchando el susurro de nuestros mayores.»

En todo pueblo que se precie, existen algunas leyendas locales, que van transmitiéndose de forma oral entre generaciones y que a menudo coinciden con otras de similares  características, ocurridas en pueblos cercanos y que al contarlas nos provocan sonrisas y nos gusta que permanezcan como nexo común y curioso en la localidad.

La tradición oral ha transmitido esta historia relatando que Cimballa, hace muchos años, era un barrio de Cubel y los vecinos querían tener concejo propio para formar pueblo independiente. Como no había sucientes habitantes y faltaba una persona, después de mucho cavilar se les ocurrió subir a la torre un tocino, un barraco (verraco) y atarlo a la cuerda de tocar la campana y ponerle la comida algo apartada. Cuando iba a comer el barraco tiraba de la cuerda y tocaba la campana. Vinieron a constatar si se podía formar ayuntamiento y la persona encargada dijo: «¡Hombre, aquí falta uno!” y enseguida le contestaron: «No, no, no, si es el que está arriba tocando las campanas. De esta manera el pueblo pasó a tener su propia Alcaldía.

Fuente: https://cimballa.com