El cerdo en el campanario de Cimballa

 «Porque hay una historia que no está en la historia y que solo se puede rescatar escuchando el susurro de nuestros mayores.»

En todo pueblo que se precie, existen algunas leyendas locales, que van transmitiéndose de forma oral entre generaciones y que a menudo coinciden con otras de similares  características, ocurridas en pueblos cercanos y que al contarlas nos provocan sonrisas y nos gusta que permanezcan como nexo común y curioso en la localidad.

La tradición oral ha transmitido esta historia relatando que Cimballa, hace muchos años, era un barrio de Cubel y los vecinos querían tener concejo propio para formar pueblo independiente. Como no había sucientes habitantes y faltaba una persona, después de mucho cavilar se les ocurrió subir a la torre un tocino, un barraco (verraco) y atarlo a la cuerda de tocar la campana y ponerle la comida algo apartada. Cuando iba a comer el barraco tiraba de la cuerda y tocaba la campana. Vinieron a constatar si se podía formar ayuntamiento y la persona encargada dijo: «¡Hombre, aquí falta uno!” y enseguida le contestaron: «No, no, no, si es el que está arriba tocando las campanas. De esta manera el pueblo pasó a tener su propia Alcaldía.

Fuente: https://cimballa.com