LA LEYENDA DE SANTA OROSIA

Cuenta la leyenda que Orosia, una joven princesa de Bohemia transitaba por estas tierras acompaña-da de su séquito para casarse con un noble visigodo. En el trayecto fueron sorprendidos por Abel Lupo, caudillo musulmán que se enamoró de la joven. Como ésta no quería renunciar a su fe, fue decapitada y descuartizada y se abandonó su cuerpo por estos montes para que lo devoraran la fieras. Fueron unos ángeles los que recogieron a la santa y la escondieron en un cueva. Pasado bastante tiempo un ángel se le apareció a un pastor que le indicó donde estaban los restos de la santa y le encomendó la misión de llevar al cabeza a Yebra de Basa y el cuerpo a la catedral de Jaca, lugares en los que sería venerada. Poco después de encontrada fue declarada Santa y comenzó a hacer milagros.

Uno de sus poderes era el sacar el diablo del cuerpo de los endemoniado, de hecho hay constancia escrita de la práctica de exorcismos. Hasta aquí acudían endemoniados del norte de España y del Sur de Francia en busca de ayuda y remedio, tanto a esta zona, como a la Catedral de Jaca. El ritual que se llevaba entonces a cabo, y que era precedido por una procesión durante la cual se conducía a los endemoniados hasta la catedral, consistía en atarles cintas de colores a los dedos y dejarlos juntos durante toda la noche y a oscuras en la capilla de Santa Orosia. A la mañana siguiente salían medio muertos después de aquella experiencia colectiva. Entonces, los familiares procedían a contar las cintas que se les habían desprendido de los dedos. Y cada cinta suelta era, un diablo que había abandonado su cuerpo.

Hoy en día se realizan romerías donde a la Santa se le dedican una serie de danzas ancestrales, acompañadas de música tradicional interpretada con instrumentos típicos de la zona, como el chiflo y el salterio. Los danzantes, ataviados con traje de calzón, gorro de flores y provistos de palos de boj, bailan durante toda la romería mientras acompañan a la urna de la santa, en lo que constituye una de las tradiciones folclóricas más antiguas y bonitas que se mantienen en territorio aragonés.