Sobre la censura: Sofía o Lucía y Franco Martínez

A principios de la década de los 70 apareció en el panorama musical español un grupo que hacía una música fresca y desenfadada, muy acorde con los estilos que predominaban en aquella época. El nombre del conjunto era "Doctor Pop".

En 1974 Doctor Pop grabó el tema "Sofía" el cual tenía todos los ingredientes para convertirse en la ‘canción del verano’ de ese mismo año, pero poco tiempo después de aparecer el single la dirección de la discográfica RCA (sello en el que grababan sus temas) recibió una llamada de las altas instancias del país que obligaba a la retirada de los puntos de venta de todas las unidades de ese disco.

El motivo por el que se censuraba dicha canción era por el título (Sofía) ya que la canción trataba de una chica trasnochadora, que llevaba vestidos ajustados y a la que le gustaba demasiado salir a bailar hasta el amanecer. Y, casualmente, Sofía también era el nombre de la, por aquel entonces, princesa y futura reina de España. La coincidencia en el nombre podría llevar a demasiados equívocos, malentendidos y sorna, algo que la dictadura franquista (a través de la censura) quiso evitar, obligando a retirarla del mercado.

Dicha orden supuso un importantísimo perjuicio económico, dado que ya estaban editados incluso los LPs (discos de larga duración), carpetas, publicidad, posters, etc. La única solución que vieron, para intentar rentabilizar la canción (que como os he comentado estaba destinada a convertirse en un éxito) era cambiándole el nombre de la protagonista, modificándolo en el título y la letra de la canción, por lo que poco tiempo después apareció titulada como ‘Lucía’.

Pero, a pesar de que la canción tuvo cierto éxito, no terminó de despegar (muy posiblemente por este incidente, que la llevó a tener una menor promoción). Poco tiempo después Doctor Pop se disolvió yendo a parar sus componentes a diferentes grupos musicales.

El inconveniente de apellidarse Franco

El ascenso del murciano Franco Martínez hizo que se llamara a los árbitros de fútbol por sus dos apellidos para evitar críticas encubiertas al dictador

Escartín, Lacambra, Tomeo... A los árbitros de fútbol se les conocía por su primer apellido hasta finales de los años 60. Desde entonces, cuando se habla del colegiado de turno se citan sus dos apellidos: Mejuto González, Díaz Vega, Pérez Lasa, Teixeira Vitienes...

¿Por qué este cambio? La culpa la tuvo un joven y brillante árbitro murciano, cuyo primer apellido era Franco. Las autoridades de turno tomaron pronto cartas en el asunto. No se podía dar a la prensa la posibilidad de criticar veladamente a Francisco Franco aprovechando que en un campo de fútbol español pitaba un colegiado cuyo primer apellido coincidía con el del dictador. La posibilidad de leer en los periódicos titulares como 'Franco es muy malo', 'Franco se cargó el partido' o 'Franco no vale para nada' ponía los pelos de punta a más de uno en aquellos años de censura. Aunque referidos al árbitro, con esos titulares, el general Francisco Franco podría sentirse humillado.

Solución. A los árbitros se les pasó a llamar por sus dos apellidos. El Franco murciano pasó a ser conocido como Franco Martínez en los campos de fútbol. Estuvo diecisiete temporadas en Primera y ha sido uno de los grandes árbitros españoles del pasado siglo. Llegó a arbitrar un partido en el Mundial de Argentina 78.

Desde su llegada a la máxima categoría en el año 1971, a Franco Martínez lo dejaron fuera de los partidos demasiado notorios, como finales de Copa del Generalísimo o algún derbi vasco. Él aseguró años después que era algo asumido y que incluso le tocó fingir alguna lesión para esquivar algún encuentro polémico. Después, con la muerte del dictador su carrera se disparó y añadió muchos éxitos a su carrera. Pitó tres finales de Copa, siendo ya del Rey, y fue el árbitro español en el Mundial de Argentina 78.