Garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles nuestro modelo de vida y de consumo demanda una gran cantidad de recursos, tiene un alto impacto ambiental en el planeta y nos enfrenta a grandes contradicciones con el desarrollo sostenible. Un ejemplo alrededor de 1/3 de los alimentos que se producen a escala mundial acaban siendo desperdiciados en un planeta en el que muere gente por falta de alimento. Para garantizar modalidades de consumo y producción sostenibles la Agenda 2030 quiere lograr el uso eficiente de los recursos naturales y la gestión ecológicamente racional de los productos químicos y de todos los desechos a lo largo de su ciclo de vida. También quiere reducir el desperdicio de alimentos, promover la prevención, reducción reciclado y reutilización de los desechos, fomentar el turismo sostenible, reducir los subsidios a los combustibles fósiles y fortalecer la capacidad científica y tecnológica de los países en desarrollo para favorecer un consumo y una producción sostenibles. Conseguirlo supone actuar desde todos los eslabones de la cadena productiva. A las personas como consumidoras nos corresponde adoptar estilos de vida en armonía con la naturaleza. A las empresas les corresponde adoptar prácticas sostenibles y desde las instituciones hay que promover la compra pública sostenible, entre otras cuestiones. En un planeta con recursos finitos los modelos de producción y consumo que se adopten son claves para alcanzar el desarrollo sostenible.