El puente del diablo

Donde se encuentra actualmente la presa de Mediano hubo un puente que según García Guatas pudo ser construido en el s. XVI. Estos lugares tan inaccesibles y misteriosos siempre están rodeados de leyendas y éste no podía ser menos.

Cuenta la leyenda que en la Edad Media, los habitantes de Entremón (así se llamaba el pueblo) no podía cruzar el Cinca. Necesitaban construir un puente para sobre todo huir del acoso de los musulmanes. Estaba reunido el señor de estas tierras con sus vasallos pero no veían la forma de hacerlo, sería muy difícil y costoso. En estas que apareció un jinete misterioso, era el Diablo en persona. Les dijo que él sería capaz de construir un puente antes de que cantara un gallo pero con la condición de que le entregaran las tres doncellas más bellas del lugar. En un principio los nobles no aceptaron el trato, pero luego pensaron que le podían engañar. Lo primero que hizo el Diablo fue matar a todos los gallos del lugar y después comenzó a construir el puente. Conforme pasaba el tiempo los lugareños empezaron a temer que el Diablo acabaría la obra y que por tanto se llevaría a las doncellas, una de las cuales era hija del señor de Entremón. Así que pensaron que acercándole una vela al gallo este cantaría, pero no encontraron ninguno ya que estaban todos muertos… Fueron a buscar un gallo a otro lugar pero en el momento más fatídico el gallo no cantó, todo estaba perdido. Cuando el Diablo iba a colocar la última piedra del puente sonó un “Kikirikí” a lo lejos, el Diablo se fue malhumorado del pueblo y nunca más se supo de él.

¿De dónde había salido ese sonido? Al parecer salió de una de las doncellas atemorizada porque el Diablo se la pudiera llevar. Esta leyenda o parecidas las podemos encontrar en varios lugares. De aquí puede venir el dicho “antes de que cante el gallo”. Además esta leyenda es una muestra de lo listos que somos los aragoneses y concretamente en este caso, las aragonesas.