19 de junio de 2014: Coronación de Felipe VI de España

El 2 de junio de 2014, Juan Carlos I de Borbón se levantó una mañana, se sirvió su café, miró por la ventana y pensó: "Ya es hora de pasar la corona a la próxima generación". Entonces, envió al presidente del Gobierno una nota oficial que decía algo así como: «Oye, he decidido dejar esto de ser rey. Te paso el marrón a ti y a las Cortes Generales para que organicen la sucesión según las normas». Las previsiones requerían una ley que hiciera oficial la abdicación, y así, el 17 de junio, las Cortes Generales dieron luz verde a la ley con un aplauso y un "¡Viva el Rey!".

Al día siguiente, la Ley Orgánica 3/2014 fue promulgada, y se estipuló que entraría en vigor cuando se publicara en el Boletín Oficial del Estado. El 19 de junio, el BOE, siempre puntual, publicó la ley y ¡voilá! Felipe de Borbón y Grecia se convirtió en el nuevo rey de España.

Felipe, que probablemente estaba ajustándose la corbata en ese momento, se preparó para la ceremonia. Su padre, Juan Carlos, le colocó el fajín de capitán general de los Ejércitos en la Sala de Audiencias del palacio de la Zarzuela, diciendo: "Esto es todo tuyo ahora, hijo". Luego, acompañado por su esposa Letizia, ahora reina de España, y sus hijas Leonor y Sofía, Felipe se dirigió al Congreso de los Diputados. Después de una serie de saludos solemnes de militares, políticos y jueces, y con todos los altos cargos presentes, Felipe tomó la palabra y, probablemente con un guiño y una sonrisa nerviosa, declaró lo siguiente:

Juro desempeñar fielmente mis funciones, guardar y hacer guardar la Constitución y las leyes, y respetar los derechos de los ciudadanos y de las comunidades autónomas. Acto seguido, el presidente del Congreso se dirigió a todos los presentes: En cumplimiento de la Constitución, queda proclamado rey de España don Felipe de Borbón y Grecia, que reinará con el nombre de Felipe VI. ¡Viva el rey! ¡Viva España!

Al día siguiente, los principales diarios españoles amanecieron con una única noticia en sus portadas. Felipe de Borbón y Grecia fue, sin duda, el príncipe de Asturias mejor preparado para su coronación como rey. Desde siempre, su trayectoria estuvo tutelada por sus padres —especialmente por doña Sofía—, dirigida hacia el trono real. Porque, en la monarquía española, y en virtud de la Constitución, se seguía la tradición de privilegiar a los varones frente a las mujeres en la línea de sucesión. Así que, el menor de los hijos de los reyes de España prevalecería como heredero al trono sobre sus hermanas Elena y Cristina. Y así fue.

Imaginen la escena: Felipe preparado para jurar la Constitución, mientras su madre, doña Sofía, le dice: "¡Enderézate, que eres un Borbón, no un espantapájaros!" Y su padre, el rey emérito, mirando con orgullo y tal vez un poco de nostalgia, recordando sus propias peripecias regias. Elena y Cristina, mientras tanto, pensando: "Bueno, al menos no nos tenemos que aprender todos esos discursos". En fin, una familia real que, entre risas y protocolos, nos recuerda que hasta en la realeza, la vida sigue siendo una comedia humana.