Ojos Negros, circular las minas de Sierra Menera

Esta semana nos desplazamos hasta Ojos Negros, un pequeño pueblo del sur de la comarca de Jiloca, hoy nos proponemos hacer una pequeña ruta circular partiendo de la plaza y visitando lugares emblemáticos como los molinos de viento, las salinas y, sobre todo, nos adentrará en las minas, donde podremos mimetizarnos con su espectacular paisaje, y en diversos miradores desde donde podremos contemplar a vista de pájaro todo el Valle de Jiloca.

Conoceremos las minas de Sierra Menera, lugar de recientes excavaciones mineras que han tallado en las montañas grandes y coloridos cráteres laberínticos, muchos de los cuales se convirtieron en lagos artificiales. Finalmente, tras visitar el barrio céntrico, antiguo centro neurálgico de la Sierra de Menera, regresaremos a Ojos Negros por el camino del cementerio, finalizando en la fuente de la plaza.

Nuestra travesía comienza en el pintoresco pueblo de Ojos Negros, cuyo legado civil y religioso nos sorprende con su antigüedad, destacando su papel como límite entre los Reinos de Castilla y Aragón. A lo largo del camino, contemplaremos los vestigios de un castillo ovalado, cuya torre del homenaje es un edificio militar gótico del siglo XVI, construido sobre fundamentos romanos. La torre de la prisión, en su estado de conservación, también se destaca por su encanto. Además, su patrimonio religioso incluye la iglesia parroquial de Nuestra Señora del Pilar, de estilo barroco, con una torre de ladrillo moderna, y el convento de Santa Engracia, también barroco, ubicado junto al ayuntamiento.

Caminamos por las calles, siguiendo las señales del PR, y pronto divisamos El Molino. Este antiguo molino, construido entre los siglos XVI y XVII, ha sido completamente restaurado con esmero. Posee un estilo mediterráneo con una torre cilíndrica coronada por una cubierta cónica, y dos plantas: la inferior utilizada como almacén y la superior alberga la maquinaria del molino. 

Nos adentramos en el camino que nos guía hacia las Salinas del Rey, ubicadas en la intersección de la rambla de la Hoz, que nos lleva a Pozuel del Campo, y el Camino Natural Santander-Mediterráneo. Historias susurradas por el viento relatan que estas salinas estuvieron vinculadas a un asentamiento celtibérico, que posteriormente fue ocupado en la época musulmana. Al norte se encuentra un pozo de dimensiones majestuosas, construido con mampostería y de forma rectangular. Este pozo es la fuente de agua salada, la cual es extraída mediante una noria movida por caballería. Luego, el agua es canalizada hacia balsas y posteriormente a balsetes o eras de desecación. Allí, tras la evaporación del agua, la sal es recolectada. Además, se encuentran otras edificaciones, como almacenes para la sal y viviendas para el administrador.

Después de visitar las salinas, retomamos nuestro viaje por el PR y nos adentramos en el camino de Ojos Negros a Peracense, el cual coincide con la Cañada Real. Tras avanzar unos metros, giramos a la derecha para ascender por el barranco de Montiel y dirigirnos hacia la explotación minera. Allí, divisamos la primera edificación y una enorme tolva de carga, situadas junto a la vía verde de Ojos Negros.

Nos adentramos en la zona minera, la cual se cree que fue explotada en la época celtibérica y, posteriormente, en el siglo XVI bajo el nombre de Pardina de Ferrera. Mientras recorremos la explotación, podemos apreciar terraplenes y escombrera. Desde el mirador "El Menerillo" podemos observar una laguna creada como consecuencia de la acción del hombre.

Siguiendo la ruta del PR, llegamos al barrio de Sierra Menera, construido para alojar a la mano de obra que extrajo los recursos minerales. La mayoría de los habitantes eran de Andalucía y el País Vasco. El barrio se caracteriza por sus casas unifamiliares en calles rectas. De camino, pasamos por una iglesia, un casino y una locomotora de vapor llamada "La Orconera".

Salimos de Sierra Menera por una pista que sigue el barranco de Ariola. A la izquierda, veremos una construcción en ruinas. Aquí comienza un tramo asfaltado que nos lleva hacia Ojos Negros. Una vez en las afueras, veremos el cementerio y, al entrar en el casco urbano, la ermita de San Pascual. Luego, nos dirigimos a la ermita de Santa Engracia y finalmente a la plaza donde concluye esta singular ruta.

Cabe destacar que el recorrido no presenta dificultades, salvo la distancia acumulada. El tramo más complicado para seguir es el del barranco de Montiel, aunque veremos numerosas marcas del PR. Hay muy pocas zonas de sombra, por lo que es recomendable evitar días calurosos. Además, la explotación minera puede resultar pesada en épocas lluviosas debido a la arcilla del terreno.

Interesante ruta de 17 kms. muy fácil y sin apenas peligros. Bien señalizada.