Ruta del Agua (Circular Jaraba - Calmarza)

Jaraba, en la provincia de Zaragoza es zona de agua y balnearios. Es así desde la época de los romanos. En tiempos de César Augusto la vía que unía Bílbilis (Calatayud) con Toledo (Toletum) pasaba por Jaraba y Calmarza. Pero el nombre procede de la época medieval. Es un nombre árabe que significa “abundancia” de agua. Entre estas dos localidades se levantan majestuosas paredes de roca que recorren kilómetros, barrancos por donde discurre esta ruta, el Barranco de la Hoz Seca y las Hoces del río Mesa. En total unos 17 kms. en aproximadamente 4 horas y con un desnivel muy suave y llevadero.

Es zona protegida por Red Natura 2000 en Aragón, bajo las figuras ZEPA (zona especial protección de aves) y LIC (lugar de interés comunitario), para garantizar una adecuada conservación de la biodiversidad de la zona. Los atractivos parajes naturales están unidos por una red de senderos señalizados: GR (Gran Recorrido), PR (Pequeño Recorrido) o SL (Sendero Local) que recuperan itinerarios tradicionales, además se pueden divisar animales salvajes como las cabras monteses y todo tipo de rapaces ya que está lleno de Buitreras.

El Barranco de la Hoz Seca forma parte de un sendero interpretado en el que se puede contemplar el Santuario de Nuestra Señora de Jaraba, numerosos apriscos pastoriles y restos de antiguas caleras. Siguiendo este recorrido encontramos las pinturas rupestres de Jaraba, de más de 7000 años de antigüedad. Y además encontramos varios miradores, desde los que contemplar el paisaje de las Hoces del Río Mesa, y observar la colonia de buitre leonado que habita en esta zona.

Para acceder a este lugar hay que ir hasta la localidad de Jaraba y seguir la carretera hacia Calmarza. Nuestra ruta comienza al inicio del Barranco de la Hoz Seca o también llamado Cañada del Campillo. Puedes dejar el coche justo en el camino que sale desde la carretera a la altura del impresionante risco donde se eleva el Santuario de Nuestra Señora de Jaraba, conjunto arquitectónico de los siglos XIII a XVIII.


Por una amplia pista nos adentramos en el barranco de la Hoz Seca, que ya en sus primeros metros, da muestra de su gran magnitud, a los pocos metros el camino se bifurca en dos, por la derecha se puede subir hasta el Mirador del río Mesa, que puede ser una buena opción si se va con niños.

Cerca hay un desvío al Santuario de Nuestra Señora de Jaraba. La puerta está cerrada. Según indica un cartel, solo se puede ver mediante visita guiada los martes, por 1 €.   Cuenta la leyenda que la Virgen, realmente se apareció al otro extremo del Barranco pero lo escarpado del terreno llevó a edificar el santuario, en el siglo XVIII, en este lugar. Se trata de un templo de fábrica barroca constituido por la ermita, situada parcialmente bajo la roca, y la casa del ermitaño.


El camino del barranco de la Hoz Seca poco a poco se va cerrando, y además resulta muy instructivo, ya que a lo largo de este vamos a encontrar algunos paneles informativos  sobre las formaciones kársticas, la flora y fauna que nos rodea e información sobre la utilización de este barranco por el hombre. Por este desfiladero discurre la Cañada de Campillo, por lo que se advierte, a lo largo del recorrido, del uso ganadero del barranco; en nuestro recorrido vamos encontrando apriscos (lugares cercados donde se recoge el ganado por la noche para resguardarlo de la intemperie) y corrales, todos ellos construidos bajo los abrigos de la roca y cerrados con muros de piedra caliza. La creación y modelado de este desfiladero, se debe a que son rocas calizas, fácilmente moldeable, por la acción del agua y el viento durante miles de años, además se cree que si bien ahora no hay agua, en tiempos hubo una corriente de agua subterránea que se comunicaba con el río Mesa.


Seguimos por el camino que no tiene ninguna pérdida ya que está muy bien señalizado y cuando encontramos bifurcaciones hay carteles que nos indican distintas direcciones. Arriba, sobre las altas rocas de las enormes paredes que nos escoltan, algunos buitres esperan que suba la temperatura para introducirse en una corriente térmica y elevar su majestuoso vuelo hacia el cielo.

El barranco se va ensanchando y comienzan a aparecer las primeras Sabinas Negrales, que junto con el romero, el espliego, las aliagas y el escaramujo, son las principales especies vegetales que pueblan este barranco de la Hoz Seca, de origen cárstico.


Seguidamente tomamos el desvío que sube a la derecha hacia las pinturas rupestres  de arte levantino más occidentales de la península situadas en un abrigo en la roca Benedí, junto al Barranco. Los pastores no debieron de ser los primeros en habitar estos territorios, así lo atestiguan las pinturas rupestres descubiertas en de 2009, de forma casual, por el vecino de Jaraba Serafín Benedí. Las pinturas de origen levantino, muestran la figuras de un hombre y una mujer, además de dos ciervos. Un estudio de datación dictaminan que tienen unos 7.000 años de antigüedad. Para llegar a este lugar debemos realizar un pequeño esfuerzo, pues hay que superar un buen desnivel pero vale la pena, las pinturas se encuentran en un buen estado de conservación. Volvemos sobre nuestros pasos al Barranco.


Encontramos una bifurcación bien señalizada. Hacia la derecha, se puede subir hasta la Pedriza por el sendero local. El barranco cada vez se va estrechando más, hasta que llega un momento en el que prácticamente se puede tocar ambas paredes con las puntas de los dedos, además en algunos puntos la vegetación es más salvaje, y el piso tiene bastante roca, lo que hace que sea un tramo bastante entretenido. 


A medida que se avanza las paredes del barranco van perdiendo altura, lo que quiere decir, que estamos llegando al final donde encontramos tres pequeños resaltes seguidos, de pocos metros de altura equipados con grapas, clavos y sirga, que se salva sin mayores complicaciones.

Salimos a una agradable solana donde el camino se bifurca en dos, Continuamos recto por un amplio camino, que me lleva prácticamente paralelo al cauce seco del barranco de los Hocinillos, que se encuentra unos metros por debajo del camino, y con excelentes vistas a las grandes paredes de roca, que forman las Hoces del Río Mesa. Tras un giro a la izquierda, ya puede ver la población de Calmarza, a la que se llega en pocos minutos. 


Cruzamos esta pequeña población de menos de cien habitantes y continuamos por sus calles hasta alcanzar el puente de acceso a la carretera. En vez de salir, bajamos hasta el río, cruzamos un pequeño puente y nos acercamos a ver esa maravilla hidráulica de Pozo Redondo que el río Mesa nos regala formando una cascada con una altura de unos cuatro o seis metros. El salto de agua es espectacular.


Como el río, abandonamos este magnífico lugar. En principio lo hacemos por la carretera que conduce a Jaraba. A pesar de ser un tramo de unos dos kilómetros de asfalto, resulta bastante entretenido, ya que parte de la carretera transcurre por los grandes paredones de roca, que forman las hoces del río Mesa, y donde sobrevuelan varios buitres. 

No tardamos en dejar la carretera, adentrándonos en las orillas del cauce, verdadero artífice de esta maravilla que son "Las Hoces del Mesa". El sendero discurre junto a las aguas transparentes y cristalinas, protegidas casi siempre del sol por la sombra de un bosque de ribera formado por chopos, fresnos, sauces y otras especies vegetales. 


El camino se torna en un cómodo sendero rodeando una zona de pinar. Nos incorporamos de nuevo a la carretera hasta llegar al cruce con el camino de la Hoz Seca desde el que se ve el Santuario de Nuestra Señora de Jaraba. 


Ruta senderista sencilla, apta para casi todas las personas, la única dificultad la podemos encontrar los tres resaltes equipados que hay en la salida de la Hoz Seca, que aunque son sencillos, alguna persona no acostumbrada a estos pasos, le puede parecer difícil. El tramo de la Hoz Seca, es espectacular, pero el de las Hoces del Río Mesa no dejan de sorprender por su belleza y lo agradable que es pasear junto a las cristalinas aguas del río Mesa.

Para completar esta ruta podemos visitar varios pueblos de la zona que son preciosos: Nuévalos, Ibdes, Cetina,... y otros lugares no menos interesantes como son el pantano de la Tranquera o el mismísimo monasterio de Piedra.