En el corazón del Valle de tena, al pie de la Sierra Partacúa encontramos tres tesoros impresionantes: El Bosque del Betato qué es un hayedo mágico rodeado de leyendas brujeriles, el Ibón de Piedrafita uno de los lagos glaciares más accesibles del Pirineo y por último el sorprendente arco de Piedrafita una estructura rocosa modelada a través de los siglos por la acción del hielo, el agua y el viento. Una excursión muy sencilla para todo el mundo que se puede hacer por partes, circular, de ida y vuelta… al gusto de cada uno, y que además es muy recomendable para hacerla en familia, incluso es posible subir con un carro de bebé.
Comenzamos la ruta en el tranquilo pueblo de Piedrafita de Jaca, un bello conjunto de arquitectura tradicional. Salimos del pueblo en su parte más alta y andamos por una pista forestal rodeada de prados y algunos huertos. Una caseta de piedra nos recibe a la entrada del fabuloso bosque del Betato.
Un paseo por este hayedo te hace experimentar todo un mundo de sensaciones. Al pisar las hojas secas del suelo da la impresión de que vas caminando sobre una alfombra y hay momentos en los que la altura de estas hayas, la luz que entra tamizada entre los árboles y el ambiente de tranquilidad que se respira, te hace sentirte como en el interior de una catedral gótica. Por todo esto no es de extrañar que antiguamente se creyera que este bosque estaba habitado por brujas. Fue un bosque prohibido (Betato viene de Vedado/cerrado) y misterioso en el que, supuestamente, las brujas del valle de Tena celebraban sus aquelarres. En 1637-1643 la Inquisición, enviada por Felipe IV, hubo de practicar un exorcismo en masa, algo que podría sonar a leyenda sino hubiera sido documentado en el “Patrocinio de ángeles y combate de demonios” por el abad del monasterio de San Juan de la Peña, y que se recuerda hoy en día en la Feria de brujas, mitos y leyendas del Valle de Tena, que tiene lugar a mediados de junio en Sallent de Gállego.
En el interior de este bosque se encuentra el barranco del Gorgol, también rodeado de creencias mágicas. Se dice que antiguamente los lugareños cruzaban el puente sin mirar a los lados por miedo a caer, ya que pensaban que el barranco no tenía fin. Desviándonos un poco de nuestra ruta podemos visitar la cascada del barranco de Gorgol.
Dejando a nuestra derecha el barranco y siguiendo al serpeante senda, salimos del bosque a un espacio abierto, diáfano, donde encontraremos dos alternativas, a la izquierda volvemos a Piedrafita de Jaca y a la derecha continuamos hasta el ibón de Piedrafita. Es una senda forestal pero propongo subir por las sendas que acortan el camino. Sendas que son cómodas y bien señalizadas. A partir de aquí vamos a tener presente durante todo el trayecto la visión de la sierra Tendeñera y Peña Telera, una impresionante mole en cuyas faldas encontraremos el ibón. El último tramo de las senda asciende paralela a un torrente que lleva las aguas del ibón es el llamado barranco del Boj.